miércoles, 30 de enero de 2008

LA CRISIS, OIGA

- "Que no oiga, que no. Que pagando una hipoteca de 1600 euros no puedo pedir al ayuntamiento una ayuda para las colonias de su niña. Pero, ¿ustedes han hecho números? Si su marido gana 1800 euros, usted no trabaja, y tienen dos hijos... oiga, que a mí no me salen las cuentas."
Pues eso, que la gente se ha vuelto loca. Renegocian préstamos por aquí y por allá, y luego van ahogados para siempre. Eso sí, la familia P. que me ha venido hoy, espera...no... no espera... ¡exige! que papaito Estado (o sea yo) le subvencione la vida.
Claro que esto son los casos extremos. Los que trabajamos en esto ya hace tiempo que detectamos que la crisis ya ha tocado a las personas más vulnerables: padres que se quedan en paro, gente que no llega a final de mes, que no pueden pagar los libros o la hipoteca, etc. La vida se ha puesto muy, muy cara y, si no cambia algo, este oficio volverá a ser puro y duro asistencialismo. Porque la gente que se asoma a vernos viene, cada vez más, con el culo al aire. No le hables de pedagogía cuando lo que quieren es poder comprarle unas bambas al Kevin.


A última hora me ha venido R., que es una señora que tiene todos los síntomas de un SAP (Síndrome de Alienación Parental). No sé si lo tiene. Ya me guardaré yo de poner etiquetas a nadie y menos de este síndrome que debe ser más difícil de diagnosticar que el copón. Total, que su exmarido encarna todos los males habidos y por haber y ella hace lo imposible para dificultar la relación de él con su hijo. Teresiña, que es como llamaré a partir de ahora a mi compañera trabajadora social, que además es un encanto, está de acuerdo conmigo. Eso me alivia, porque, joder, aquí en "Alaska" , si eres un hombre tus opiniones ya tienen un plus de ser sospechosas de machistamaltratadorapatriarcales. Así, de entrada.
Bueno, la cosa es que estos casos me descolocan. Si escuchas y no haces nada porque parece que asientes, si quieres introducir algún cambio guardarte de decir algo bueno del susodicho exmarido, que R. no vuelve más al servicio. Sugiérele a R. que necesita un psicólogo que te arrea un sopapo. En fin, paciencia y al toro. O a la tora.
Sobre todo paciencia. Si algo he aprendido en estos años es a no correr.

En fin. Las 14.30h. Cierro la parada por hoy.

3 comentarios:

Charo dijo...

Si esto sigue así no quedará otra que volver a lo de "paciencia, hermano, paciencia" y es que, aunque también dicen que "Dios aprieta pero no ahoga" parece que hoy hay más aficionados que nunca al "submarinismo" porque es en las profundidades del océano a donde vamos a parar con un "estado de bienestar" que ya no existe y que deja que se sumerjan mucha gente que sin un apoyo no podrá salir de ahí.
Y eso sin contar con el chapapote, claro.

Anónimo dijo...

Muy bueno el teu blog

Xavi

Quique dijo...

Pues sí, Charo, la cosa está muy mal. Cada vez hay más pobres que no lo parecen.

Gracias Xavi