domingo, 1 de agosto de 2010

CUADERNO DE VERANO (7)










Los toreros y los atletas han ocupado mis últimos días. De los primeros me ha interesado el debate que ha habido sobre ellos, que es, por cierto, muy antiguo. Torear es un arte, aunque yo no lo sepa apreciar, donde un toro sufre. Que en Cataluña se ha tratado de un debate político es una verdad de perogrullo: se ha discutido y votado en el Parlamento. Es muy ingenuo pensar que, tratándose de políticos, los argumentos de los llamados animalistas o de sus contrarios hayan sido los únicos que se han tenido en cuenta a la hora de votar a favor o en contra. Por eso al final se trata de una prohibición que gusta a unos y no a otros, y que contiene, como la mayoría de las leyes, bastantes carencias e incoherencias.
Pero me ha faltado oír y leer lo que para mí es el único debate posible sobre este tema. Porque la discusión sobre el sufrimiento de los animales nos lleva a un callejón sin salida o directamente al absurdo. El centro del debate no puede ser el toro, el centro del debate es el ser humano. Porque el hombre no erradicará nunca totalmente el maltrato a los animales, pero puede decidir si debería de hacer de ello un espectáculo. Yo creo que no (*)

A los atletas les entiendo mejor, aunque también aplaudo su sufrimiento, una celebración a los límites de sus cuerpos.
Los 3000 obstáculos se parecían más al cross que cualquier otra prueba de pista, con su ría y sus saltos. Eran más entretenidos para un fondista. Antes de la salida, cuando nos movíamos nerviosos en la pista y nos dábamos cachetazos en las piernas, había una especie de camaradería especial entre los obstaculeros: un 1500 o un 5000 se corren, pero un tres mil obstáculos se sobrevive.
En fin, permítanme este arrebato mítico hacía una prueba atlética que me gusta especialmente. La cuestión es que cuando veo a Marta Dominguez, con ese poder, esos dientes apretados, esa determinación y esa belleza apache de su zancada me sale un Ole!ole!, un poco torero.
(*) pero tampoco creo que la solución sea prohibirlo.
(Vuelvo con la educación social como tema en septiembre. Mientras tanto iré escribiendo este Cuaderno de verano. Feliz ídem. )

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La otrora admirable por tantos conceptos región del nordeste de España ahora “gobernada” por un tripartito de “profesionales” de la política personajes estos, que piensan más en sus veleidades propias que en solucionar las necesidades o deficiencias de las que sufre ahora la que fue prospera región del nordeste de España (faro y luminaria ascendente de los pretendidos y pretenciosos Paìsos Nordestins).
Resuelto el paro, -lacra heredada de la opriosa dictadura de Franco. Esta semana, al no existir ninguna necesidad ni problema en esa arcadia feliz, -el Parlament cogiendo el toro por los cuernos y, por mayoría, ha decidido suprimir la fiesta de los toros, por ser esa mal llamada “fiesta nacional” portadora del “virus” (una, grande y libre), que les impuso aquel fenecido régimen dictatorial. La consigna del tripartito visto, lo visto, -en estos momentos es: Mas vale prohibición en mano, que ciento volando

Quique dijo...

Gracia por tu opinion anónimo.
De todas formas, también es cierto que el debate sobre los toros en toda España viene de lejos, independientemente del oportunismo o no de la prohibición.