viernes, 30 de marzo de 2012

HITCHENS CULPABLE.

Alaska, 30 de marzo de 2012,
Hay un tipo de periodista que si no puede entrevistar a Obama, por ejemplo, acaba sacando un artículo sobre porqué no pudo entrevistar a Obama. A su manera, este post es de esos. Intento explicarte, mi querido lector, porqué no  he podido escribir mi post semanal. Un antipost, si quieres llamarlo así.

Uno de los culpables es, sin duda, Christopher Hitchens.
Verás, desde hace un par de meses escribo estos post en el trayecto en tren que va de Passeig de Gràcia, en Barcelona, a Sils, en la provincia de Girona (la de arriba es la foto de mi oficina en el momento en que escribo esta entrada). Una hora exacta en el estupendo media distancia. Puntual, cómodo, silencioso. Hay un tácito acuerdo entre los pasajeros de las seiscincuenta, de lunes a viernesque dice más o menos que en este tren se viene a dormir, escribir o leer. Cualquier conversación en un tono elevado es inmediatamente corregida por los amables pasajeros. El media distancia me gusta. Enter.

La cuestión, como te decía, es que estoy leyendo Hitch-22, las memorias del gran Christopher Hitchens, el autor del imprescindible Cartas a un joven disidente (si yo tuviera un hijo adolescente le invitaría a leer este libro. Eso es educación social y lo demás son tonterías). ¿Cómo perder el tiempo en escribir cuando se lee a un tipo como Hitchens, que ha conocido y  entrevistado a algunos de los personajes más cruciales de este siglo y del pasado?. Un hombre del que se aprende a cada línea: ”...conforme la tarde empezaba a cristalizarse llegó a decir: -"a veces la gente equivocada puede seguir la línea correcta"-. Entonces pensé que decía más de lo que pretendía, y experimenté el comentario como una especie de emancipación de la preocupación, que todavía me asaltaba a veces, de que al adoptar alguna posición fuera de la línea oficial me podía encontrar “en la cama” , como solía decirse, con elementos indeseables. Es bueno desechar ese tipo de chantaje moral y grillete mental lo antes posible”.  O también esto: "...si tienes que intentar convencerte de algo, es probable que ya estés muy inclinado a dudar o desconfiar de ello". 
No te preocupes, voy ya por la 310, cuando Hicth conoce a Salman Rushdie, y el libro solo tiene 492 páginas.

Otro culpable de mi silencio: el CEESC . Pertenecer a la Junta de un colegio profesional, pertenecer de verdad, es decir, meterse en el meollo, lleva mucho tiempo. No me quejo, al contrario. El CEESC me ha permitido, entre otras cosas, vivir la aventura (y el vértigo) que supone meter a una institución en algo tan expuesto a la opinión pública como las redes sociales, o participar en el proyecto Ciutat Beta, que presentamos hace poco en TEDxRamblas , también colaborar en la fascinante empresa de sacar un nuevo número de la revista Quaderns d'Educació Social y, sobre todo,  trabajar al lado de un excelente equipo humano. No puedo quejarme.
También Asier,  que me ha liado para participar mañana, vía skype, en el curso que monta Educablog, Aplicabilidades de las TIC en Educación Social, (podrá seguirse en streaming), ha tenido su parte de responsabilidad en mi falta de regularidad (la que se va a liar cuando lea esto). 

En fin, que nos vemos la semana que viene, con nuevas noticias de este educador perdido en algún lugar entre Extremadura y Alaska. 

Feliz fin de semana. 

PD:  Alaska 2099 vuelve a la sala Almazen el viernes 13 de abril, a las 21h.   



1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Sera:
No estoy enfadado por tu comentario hacia mi persona, faltaría mas ! Pero no me queda mas remedio que dar la razón a Hitchens y corroborar que en ocasiones la gente equivocada (ósea yo) puede llegar a hacer cosas correctas. Y preparar la facebook-entrevista además de soñar con los proximos actos del Educablog en BCN con la Llul y el CEESC lo son.

Un abrazo compañero!

Asier