Por lógica, el año debería empezar en septiembre, con la vuelta al cole. En realidad empieza así , digan lo que digan los calendarios. Un año es, en realidad, dos, y comprende de septiembre de uno a junio del otro. Como cualquier familia sabe, julio y agosto no existen, son antimateria, agujeros negros en el almanaque.
La escuela es una institución muy complicada que se debate siempre entre utilizar unos métodos u otros. El sistema educativo español, en particular, practica sin disimulo el darwinismo social (algo de lo que abominaba Darwin y que poco tiene que ver con su teoría de la evolución), por eso cita cada año sus porcentajes de fracaso escolar sin sonrojarse. No hay que engañarse, los sucesivos gobiernos de España, centrales o autonómicos, de derechas o de izquierdas, nunca han apostado de verdad por la escuela pública. Siempre que estemos de acuerdo en que apostar signifique también poner dinero sobre la mesa y no llenarse la boca de intenciones.
En la escuela española el que vale, vale y el que no sigue el curso lo tiene muy mal desde el primer día. Si ese mal estudiante es, además, revoltoso y pertenece a una familia desestructurada (que nadie sabe bien lo que quiere decir, pero que todo el mundo usa con una alegría pasmosa) pues pelotas fuera: al psicólogo que vas, o peor, al educador social, a ver si pone firmes al niño ese y a su familia.
Estoy siendo injusto. Pues claro. Hay excelentes profesores que ponen su esfuerzo en que todos sus alumnos aprendan. Son muchos. A veces consiguen resultados asombrosos. Pero, en la mayoría de casos, se dan de bruces con el sistema, con sus exiguos medios y su filosofía.
Pocas escuelas españolas comienzan con el objetivo del fracaso escolar cero y ponen en ello todo su empeño. Y poner todo su empeño nos debería incluir a todos: profesores, psicólogos, educadores sociales y otros agentes de la comunidad. Pero nunca he empezado un curso en que el objetivo fuera ese. En realidad las diferentes instituciones públicas (sociales, educativas, culturales, sanitarias), por muchos protocolos que escribamos, siguen estando cerradas e impermeables y eso es un sinónimo de fracaso. A lo sumo conseguimos pasarnos el problema de unos a otros. Derivación, le llamamos.
La cooperación entre la escuela y los agentes sociales es en España una quimera. Se reduce a valiosos proyectos aislados de profesionales con ganas. Pero nunca ha penetrado de verdad en escuelas e institutos, cambiando del derecho al revés el modelo educativo. Más que cooperación, los esfuerzos se gastan en poner lineas divisorias claras (misión imposible, por otro lado): estos son tus alumnos, estos los mios, estos mis problemas, estos los tuyos.
No hay más que ver a educadores sociales e integradores sociales contratados por institutos de secundaria. Salvo honrosas excepciones, ¿participan de verdad en un cambio de modelo de la institución, se los creen con seriedad directores y profesores a la hora de tratar el conflicto en sus institutos, participan en el diseño curricular, o los contratan como apagafuegos?
Otras escuelas y otros modelos educativos son posibles. Richard Dawkins nos lo recuerda en su excelente libro, El capellán del diablo, cuando resalta esta cita de la biografía del gran director de escuela Sanderson de Oundle, escrita por H.G. Wells:
"...los esfuerzos más tenaces de Sanderson eran en beneficio del alumno medio y, especialmente, de los "lerdos" Él jamás admitía esa palabra: si un estudiante era lerdo se debía a que se le estaba forzando en una dirección equivocada y hacía interminables experimentos para descubrir cómo captar su interés...conocía a cada muchacho por su nombre y tenía un cuadro mental de sus capacidades y su carácter...No era suficiente que a la mayoría le fuese bien. "Nunca me gusta fracasar con un muchacho".
Lo fantástico de este director era que ese esfuerzo no iba en detrimento de los alumnos más dotados, al contrario, la escuela Oundle era líder en cuanto a resultados académicos.
El éxito de la escuela es una cuestión de recursos y de modelo. Cada fracaso escolar es un fracaso de todos.
Este curso empiezo un proyecto ilusionante con un nuevo instituto de secundaria. La dirección es joven, con experiencia y muchas ganas de hacer algo diferente. Saben que no pueden hacerlo solos, y por eso están recabando todos los medios con los que pueden contar, internos y externos: técnicos de cultura y juventud, servicios sociales, entidades de la comunidad, etc.
No somos Finlandia. No tenemos quince alumnos por clase, ni los libros de texto son gratis. No tenemos, por desgracia, su política educativa, pero no por eso debemos tirar la toalla. El objetivo es, y debería ser siempre, sacar el máximo de potencial que cada alumno tiene, con su nombre y apellido. Sí, hasta el último y más cabroncete de la clase. Hacer "interminables experimentos para descubrir cómo captar su interés", como hacía el profesor Sanderson. Porque la educación es la única que puede cambiar el destino de las personas que parten con más desventajas sociales.
Si puedo aportar mi granito de arena para que el modelo de este nuevo instituto público sea un modelo de excelencia me daré con un canto en los dientes.
Posdata: Albert Einstein no aprendió a hablar hasta los tres años y suspendió los exámenes de acceso a los estudios superiores en un primer intento. Charles Darwin tampoco tuvo unos comienzos académicos brillantes. Su padre le decía: "de lo único que te preocupas es de andar dando gritos, de los perros y de cazar ratas, y serás una desgracia para ti y para toda tu familia". No estaría de más recordarlo cada vez que alguien se atreva a hacer cábalas con el destino de algún renacuajo.
Alaska, 6 de septiembre de 2008
16 comentarios:
Llevo poco en estos mundos de la blogosfera y ya te he echado de menos, bienvenido de nuevo.
Voy a leer ese libro que comentas.
mi hijo mayor hizo el año pasado primaria y, despues de tener unas estupendas profesoras de infantil, se topó de moros con un sistema de enseñanza que por lo aburrido y sistematico yo creo que pisotea toda esa curiosidad sin límite que tienen los niños y que en vez de aprovecharla, la ahogan en un programa en el que brilla por su ausencia la vida.
qué bueno que volviste!
Vuelves pisando fuerte, ¡bien! Ánimo con ese nuevo proyecto.
El tema da para mucho, mucho, muchísimo.
Has escrito un post completo, elaborado. Yo te voy a dejar sólo un pobre comentario que no tengo valor de desarrollar.
Con todos el respeto (tú sabes que te lo tengo) te digo que la psicopedagogía, la psicología, la integración, la interdisciplinariedad, la cooperación y etc, etc, etc...han hecho muchísimo daño a la educación, a la enseñanza, a la inteligencia...mucho.
Besos.
Hola txoni,lady, edda,cristina.
Interesante tu comentario Cristina. Seguramente tienes mucha razón y hay experiencias de trabajo en equipo desastrosas. La cooperación no es ninguna panacea y a veces se ha entendido y practicado mal: sin planificación, sin objetivos claros, por estar de moda, sin criterios serios, sin rigor, etc. A veces los trabajos interdisciplinares han ido en detrimento de la exigencia profesional. Y a veces la escuela ha servido de lugar de "experimentos culturales" que han rebajado la calidad de la enseñanza.
En todo caso el ahora llamado "trabajo en red" es imparable, nos guste o no. Es ya una realidad en todos los ámbitos. Y si es así, la cuestión será saber cómo queremos trabajar con los demás. Si hemos de trabajar juntos tenemos que empezar a hablar de cómo queremos hacerlo y no dejarlo al azar o a las malas prácticas ¿no?
Hay otra forma de ver la cooperación. Es decir, cuando la cooperación no es el sitio donde todo el mundo sabe de todo y opina de todo, sino donde cada uno aporta el saber específico de su disciplina y asume las responsabilidades profesionales que le pertocan. Ni el psicólogo ha de hacer de profesor, ni el profesor de padre, ni el médico de educador social. Creo que no debería ser el lugar donde "todos hacen de todo". Es más, la colaboración puede ser una aportación teórica y puntual determinada. No tiene que significar, obligatoriamente, una atención directa en la institución (en ese sentido, puede ser discutible si un educador social, o una enfermera, por ejemplo, tienen que intervenir "directamente" con los alumnos en la escuela o el instituto, o no).
El profesor ha de ser el único que conduzca su clase, evidentemente. Es la pieza principal de la escuela. Y el referente de sus alumnos. Una escuela es una escuela, no una casa de cultura o un centro lúdico de jóvenes.
Pero está claro que en la escuela o en el instituto pasan más cosas. Y ese instituto y escuela está en una comunidad donde también pasan cosas. ¿Porqué no aprovecharse del saber o la aportación de otros profesionales cuando se necesite?
Tampoco la educación puede estar de espaldas a los avances de las disciplinas de las que se nutre ¿no?
Creo que hoy en día cualquier profesión es muy compleja y necesita de la aportación de otras profesiones.
Pero más que en el cómo, donde quería poner el enfasis es en el objetivo final y en la "actitud" de los profesionales. Esa actitud de la que habla Dawkins en su libro, mucho más importante que cualquier trabajo en equipo. Creo que, en general, se abandona demasiado pronto a su suerte al alumno que no sigue la escolaridad . Paradógicamente, mientras menos en equipo se trabaja, más se le hace "rodar" de profesional a profesional.
En fin, interesante debate...
Bienvenido querido Quique:
Interesantisimo, profundo, acertado y sobre todo: POSITIVO. Siento frustrar la fiesta de la esperanza con este post, pero mi reciente desplante (me colgo el teléfono)de una inspectora de Educación, me ha hecho sacar mierda a la luz. En breve, en el Educablog.
Saludos y un abrazo.
PD: No desisto. Con estos incidentes, me reafirmo más en nuestras tesis: trabajo en red, multidisciplinalidad....
Quique, sobre todo lo que escribes te diría que sí, pero que no sé...o no, pero sí...o...uyyyyyyyyy, no estoy para estos temas hoy, intenso fin de semana, muy tarde ya, mañana madrugo...
Pero vayamos a lo importante ¡¡¡¡felicidades por tu sobrina!!!! dale muchos besos, muchos abrazos, dale canciones y risas.
Saludos, Quique
Hola Quique, bienvenido de nuevo y felicidades por el post
Estoy de acuerdo contigo , pero quisiera añadir que me parece más importante hablar de los recursos para los chavales que el típico discurso (moda actual) de trabajo en red, o de nosotros los profesionalestal tal y cual, ...Hay que crear alternativas formativas para estos chavales,pero pensando siempre en ellos mismos y su desarrollo integral. A ellos no les importa como nosoros trabajemos, ni si no nos entendemos con el psicólogo , el médico , la asistenta u otros.Les interesa su formación y su momento personal
Yo me pregunto, si nuestros esfuerzos se encaminan al "lerdo", ¿qué pasa con el alumno obediente, el aplicado, el educado?
Los "buenos alumnos" son siempre los grandes ignorados y los perjudicados por mucho que la Logse les destine actividades de ampliación, acabamos dedicándonos a las actividades de refuerzo.
¡Hoooola!
La Logse en los 90 y las reformas posteriores no son malas leyes en la teoria. Pero exigen gran cantidad de recursos. Realmente muchos. El tema es muy complejo (como todos los debates apasionantes) pero nuestros esfuerzos deben encaminarse también a aquellos alumnos que si siguen el curriculum, que si aprenden. Orientar todos los recursos a los que les cuesta más el aprendizaje lleva a una situación injusta también.
Hola fusa y asier!
zinquirilla y anónimo, supongo que sería ideal un modelo que se preocupe tanto del buen alumno como del que no lo es tanto.
Es más, estoy convencido que el apoyo al alumno con más dificultades (sean estas las que sean) no va nunca en detrimento del nivel de la clase y de los mejores alumnos, sino todo lo contrario. Creo que es una falsa dicotomia.
Cuanta razón tienes Quique con este post. Ningún partido político en este país ha apostado por la educación. El PP intentó privatizar la escuela y el PSOE permite que con cuatro suspensos tieres para adelante. Unos sinvergüenzas. No conozco el libro que menicionas, pero lo buscaré.
Un besote y espero que hayas disfrutado al máximo de tus vacaciones.
cuanta razon tienes!!!
y no es por ser pesado, porque sabiendo que lees el blog de Joselu, estoy seguro que ya mes has leido este comentario mas de una vez. Si las buenas voluntades con respecto a la educacion, no se ponen verdaderamente sobre la mesa y se quedan en palabrerias, es porque no interesa. Hay necesidad de crear al nuevo obrero, ingenuo y que no proteste, sin mucha cultura, pues asi se erradica su movimiento, ya inexsistente en Espanya. No interesa encontrar el verdadero camino de cada persona, interesa que se contenten con consumir.
Mal de todos, consuelo de tontos, pero por si te sirve de algo, en Francia pasa exactamente lo mismo, incluso peor ahora (11000 puestos de profesores suprimidos en los dos ultimos anyos, justo cuando hay mas alumnos que nunca y ni siquiera con la escuela privada son capaces de absorver tanta demanda)
saludos y lo siento por los accentos (teclado frances pfff)
Saludos maga y eloi
muy interesanteel post y el proyecto en el que parece que vas al participar. Sí alguien no se pone al luchar con entusiasmo contra la apatía general para sacar proyectos así adelante, todo seguirá siempre igual.
Suerte y mucho ánimo
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