Confidencialidad, imparcialidad , parafraseo, el acta inicial, que no se me olvide el acta inicial, lo han de firmar, ¡ah, sí!, lo de la pensión, que no puede.... vale, vale, controlado, esto ya...¡joder, está quemando!...
Alaska, 1 de octubre de 2008
Pintura: Jordi Alba
¡Ostras! Perdonadme. No sabía que estabais ahí, leyéndome a estas horas. Nada, nada. No me he vuelto loco, no más de lo que estoy. Sólo estaba hablando en voz alta. Lo que pasa es que me han llamado para hacer una mediación familiar y aquí estoy, en casa, en pantuflas y con un café, repasando conceptos. Por si no os lo había comentado antes, soy también mediador, pero como me llaman para hacer una mediación familiar de higos a brevas, pues es cuestión de poner mis neuronas y otras herramientas a punto.
Tiene la mediación esa cosa mágica que parece que no haces nada, pero sí que haces, o así parece.
Hummm, que espeso estoy hoy.
Hemos quedado el viernes por la tarde. Primero la llamé a ella y después a él. Tonos de móvil. Respiré hondo: "Hola, soy Quique, el mediador familiar que os han asignado". Algo así dije, pero mejor, creo, y de repente entré en sus vidas casi sin llamar.
Iniciar una mediación familiar es un ejercicio profesional y humano apasionante. Dos personas, en un momento de sus vidas que querrán olvidar cuanto antes (un proceso de divorcio), sentadas delante de un desconocido (yo), al que también querrán olvidar.
Está la técnica, sí, pero también la curiosidad animal, la de ellos y la mía: ¿cómo será(n)? ¿se mostrarán escépticos, previsores, ilusionados? ¿Preferiría(n) que hubiera sido una mujer? ¿Seré muy joven para ellos, o muy viejo?
Y esa cosa de medir los tiempos, las miradas, de ser ecuánime y, por lo mismo, poco espontáneo, pero a la vez no parecer estirado, serio sí, pero cercano, cercano sí, pero ojo, sin pasarte de listo.
Llegarán. Un apretón de manos. Nos tantearemos como animales en un rito millones de veces repetido. El pudor, al principio. Quizás no, pero será lo más probable. Porque sin cámaras de televisión la intimidad sigue siendo la intimidad y no ese negocio infame.
Luego hablarán, porque todo el mundo necesita ser escuchado, y más por alguien que no les va a juzgar. Aunque eso no lo sabrán todavía.
Quizás ella, o él, piense; "está muy delgado" o "que serio es", o "no sé porque he venido aquí", o simplemente se fije en el cuadro que cuelga del despacho.
Carraspearemos, seguro.
Luego, una risa amable (yo), cálida. Darles lo mejor de mí.
¿Empezamos?
Alaska, 1 de octubre de 2008
Pintura: Jordi Alba
15 comentarios:
Cuando damos lo mejor de nosotros mismos ya estamos haciendo algo bien. A veces nos ponemos barreras invisibles porque nos da miedo desnudar nuestros deseos, nuestros odios. Pero si te tienenden un mano, quizá nos cueste un poquito menos. Quizá.
Muaks mañaneros
Lara tiene alas
A ver...
saludos lara
No tenía ni idea que existía un papel de mediador en los divorcios. Conocía el consejero matrimonial (psicologo privado), pero ni idea del mediador (público supongo). Mi pregunta es: ¿qué objetivo tiene? ¿Intentar que no se divorcien? o ¿hacer el divorcio más llevadero a la hora de la separación de bienes?.
Muchas gracias y un saludo.
Hola Dani,
en este caso es público (aunque si el padre o la madre no tienen derecho a justicia gratuita tienen que pagar) y, por supuesto, voluntario.
Estas mediaciones familiares son para, una vez que han decidido divorciarse, negociar aspectos como: pensión de alimentos, guardia y custodia , regimen de visitas, etc.
Es un sistema que se utiliza cuando las partes no se ponen de acuerdo, pero tampoco quieren llegar a juicio.
...a veces, por increible que parezca, funciona.
Yo tampoco sabía que existía el papel del mediador en estos casos. Pero me ha apasionado. Soy muy consciente de que yo no sería capaz, mi curiosidad me podría, y mis ansias por descubrir y convertirlos en personajes me traicionaría. Qué interesante, Quique.
Eso de estar "en el medio" tiene lo suyo de incomodidad...pero también de reto. Me imagino que será muy satisfactorio colaborar en la resolución de conflictos en una época en la que nos obstinamos en creárnoslos ¿no?
Un afectuoso saludo, "Educador septentrional" y nuestra invitación a participar en nuestro blog, si te apetece.
Merce
Hola Quique. El jueves empecé un proyecto con adolescentes. Lo que cuentas de las miradas, lo de medirse, fue exáctamente lo que me pasó a mí. Tengo una niña que con 13 años es una auténtica bomba de relojería, absentista, consumidora de sustancias tóxicas y, en general, una vida muy descontrolada. En un juego de presentación les pregunté si tenían alguna habilidad especial y ella sin mirarme a los ojos me contestó que liarse porros en menos de dos minutos. Luego otro chaval me acompoñó a por material y me dijo: "Dala tiempo, es muy maja".
Hola Fusa. La curiosidad está ahí, pero la verdad es que la técnica la mantiene a raya.
HOla Merce. Pues sí. La mediación no es ninguna panacea, pero la verdad es que consigue, a veces, resultados sorprendentes. Ahora mismo visito vuestro blog.
Hola Maga. Uf, suerte con esta niña. La verdad es que es una edad muy complicada. Lo del porro suena a desafio y chulería. Aunque, y no quisiera frivolizar, dan ganas de coger al vuelo su "habilidad" (liarse un porro no deja de tener lo suyo) y empezar por ahí. Ya contarás...
Vaya, que interesante. Siempre me ha atraído lo de mediador, y siempre lo he considerado algo que me daba un poco de miedo. Aunque bueno, más miedo me daba venirme a Alaska, y mira tú.
Yo definitivamente agarraría al vuelo esa habilidad de tu chica, La Maga... hay que entrarles por donde te dejan. Pero bueno, cada uno tiene su estilo :)
Besos
PD: Me alegro de volver por aquí... tengo mucho que leer para ponerme al día. Allá voy :)
Mediador, el que está en el medio, el que está en el medio como un puente, que une dos orillas pero es neutral, no avvanza metiéndose en el terrreno de uno o de otro. Jo, qué complicada debe ser esa función. Un saludo.
Yo pensaba que ese trabajo no existía en la práctica, ¿se utilizan también en los colegios los mediadores?
Y tanto que existe. Las mediaciones se aplican en muchas situaciones donde hay un conflicto. Por supuesto en las aulas, donde a algunos alumnos se les prepara para hacerlas.
Yo he tenido la oportunidad de hacer un taller de mediación en los institutos y es muy interesante.
Hola Quique,no me refería a de alumno a alumno, que es una técnica creo de trabajo en grupo, sino de profesor a padres cuando hay conflictos.
Bueno, si la mediación está implantada como sistema de resolución de conflictos en el instituto y el instituto tiene un mediador profesional (interno o externo, sí que es posible. Pero es muy dificil que se dé, porque, de entrada, y según el caso, puede entenderse como desacreditar la autoridad del profesor, suspicacias por parte de los padres, agresividad, etc.
Yo una vez hice una mediación entre una profesora y una madre en una escuela y me fue muy bien. Pero exige, primero, una preparación muy grande y un buen conocimiento de las técnicas de mediación, una voluntad sincera de las partes implicadas, un reconocimiento del mediador, etc.
También es bueno analizar qué es mediable y qué no. La mediación, como digo, no es ninguna panacea. Por ejemplo, una agresión a un profesor no entraría dentro de una mediación, ni mucho menos. Aunque hay teóricos que defienden la mediación aun en esos extremos. No es mi caso.
Me estás dando ideas para profundizar en el tema y explicar las ocasiones en las que he podido "mediar" en el contexto escolar.
Pues hoy en dia que los padres no tienen tiempo y participan habitualmente poco de las cosas del colegio, o cuando el supuesto desinterés de los padres unicamente es desconocimiento de la importancia de su participación junto con el profesor, el autoconcepto positivo, las expectativas y cultura de las familias, conocimientos e intereses variados junto con la convivencia extra-escolar, aunque no son cuestiones asociadas al éxito academico también son relevantes y habría que informar y educar a los padres sobre todo cuando los niños están fracasando o no tienen interés; frecuentemente he visto a los profesores despreocuparse de un niño porque el padre no le presta la importancia que el profesor reclama, como si no pudiese hacer nada más que hacer...esto ocurre a menudo con los inmigrantes y los que tienen un trabajo más precario y no pueden pedir permisos para tutorías y creo que es una de las causas principales de fracaso escolar.
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