sábado, 5 de septiembre de 2009

Un Moleskine, Patagonia, Josep Pla, mi sobrina.

El lunes vuelvo al trabajo. De momento, a modo de propósito, me he comprado un Moleskine, un cuaderno de esos con tapa dura que se cierra con una goma elástica negra. Es caro, casi 10 euros, pero en el envoltorio te aseguran que es el legendario cuaderno usado por Hemingway o Chatwin.
No sé, no sé, en el prospecto no te garantizan que se te pegue algo de ellos, a pesar del precio.
Por culpa de Bruce Chatwin viajé una vez hasta la Patagonia, buscando algunas huellas de las fascinantes historias que contaba en su libro. Bastantes años después, otro libro, Medianoche en Sicilia, de Peter Roob, uno de los mejores libros que he leído nunca, también me llevó en busca de la belleza de la isla y del rastro de cadáveres dejados por la mafia.

En la Patagonia, en el parque de las Torres del Paine, llevaba un diario, una vulgar libreta de anillas, confiado en que los nueve días que estaría solo serian un buen momento para escribir algo. Pero apenas anoté nada. No sólo era el cansancio, o las ocho o nueve horas de caminata diarias, o la soledad. Era sobre todo la belleza de la naturaleza por todos lados: los picos nevados, los glaciares, los lagos. Cuando hay tanto que mirar, tanta exuberancia, soy incapaz de pensar en nada.
Algo parecido me pasa con la música. Va tan directa a la piel y al cerebro que sólo puedo emocionarme. Oír música me produce dolor o júbilo, pero es un estorbo para pensar en algo que pueda traducir en palabras.
Ya lo decía el gran Stephen Vizinczey en sus decálogo para ser escritor: no hace falta buscar la inspiración en los lugares pretendidamente literarios, ya sea Nueva York, París o la Patagonía. Basta poseer una buena colección de obras de grandes escritores para acceder a los secretos de la literatura. Y yo añadiría que también bastan para acceder a los secretos de esos lugares. Aunque estar en la Patagonia o en Sicilia es una experiencia increible, las conozco mucho más gracias a Chatwin o a Robb que por haber estado allí. Y nadie puede decir que no estuvo en la antigua URSS después de haber leído El Imperio, de Kapuscinski.

En mi caso no hay nada mejor que pasear por una ciudad ya conocida para buscar ideas. Las catedrales, o las plazas ya están descubiertas, así que no distraen mi atención como lo hace una ciudad nueva para mí. La inspiración, las pocas veces que me viene, me pilla siempre andando. Así que si me ven alguna vez caminando, como ido, y no les saludo, no se enfaden: estoy pensando. Me gusta imaginar que ese era el método del gran Josep Pla. Caminante de distancias cortas, con su pinta estudiada de pagès despistado pero con esa mirada oriental, escrutadora, mientras su cabeza no deja de cavilar ideas que luego se apresura a escribir en su cuaderno gris.
Pero, como diría Pla, todo esto no tiene la más mínima importancia.

Mi sobrina, de quince años, me mira y me dice que mi móvil está pepino que es como decir que mola, que está guapo, pero con palabras de ahora. Luego no deja de autoretratarse para su fotolog. La miro. Miro a esta generación, tan diferente pero tan parecida a la mía, que alguien bautizará de aquí a unos años con cualquier gilipollez.
La tecnología no va a alejar a la gente de los libros, aunque lo parezca. Esta generación de jóvenes escribe y lee mucho. Aunque a veces lo haga en clave. Aunque sus poesías juveniles estén llenas de kas. Me juego lo que quieras a que mi sobrina leerá a Chatwin, a su Chatwin, mucho antes de lo que yo lo hice. Lo hará en un kindle, por supuesto, pero eso no tendrá la más mínima importancia.

Como les decía, este lunes vuelvo al trabajo.
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El 16 de octubre "Educador social en Alaska", de Factoria Los Sánchez, se representa en Reus.

7 comentarios:

Angie_ dijo...

Hola!! Acabo de encontrarme con este blog buscando otras cosas y al empezar a leerlo...no he podido parar y me han surgido un mar de dudas!! jeje. Me gustaría si podrías aclararme: Si esto es un blog personal o es ficción por la obra de teatro que se ha estrenado? Yo soy Educadora Social y soy de Extremadura, aunque trabajo en Madrid y me ha encantado encontrarme esteBlog,sea realidad o ficción.
;). gracias!!

Quique dijo...

Hola Angie,
El blog es realidad y lo inicié antes de que decidieran convertirlo en obra de teatro. Aunque no estoy en Alaska, jaja. Pero eso si, cuando he hablado de casos, por cuestiones de confidencialidad y de deontologia, se cambian nombres, se mezclan situaciones, tiempos, etc. para que nadie pueda verse ni reconocido ni perjudicado.
Gracias

Quique dijo...

Ah! Yo también soy educador social y trabajo en unos servicios sociales de atención primaria. Eso también es real.

Josep M. Ferrer dijo...

Espero que los libros no desaparezcan nunca. Puede ser que sea un romántico, pero me hacen soñar mucho! Me apunto el libro sobre Sicilia, a ver que tal!

Anónimo dijo...

Bienvenido otra vez Quique, ya tenía ganas de leerte.

Elena

Asier dijo...

- Quique, Quique, Quiqueeeeee ¡¡¡ (ya esta mirando para otro lado, el tio).

Que nada, bienhallado y esperabamos tu vuelta tanto como el veranillo de San Miguel.

Saludos

Angie_ dijo...

Me alegro que sea realidad :), jeje,creo que voy a formar parte de tu club de fans!Y comparto con Josep, que adoro los libros, son mi tesoro más valioso.
Gracias.