Alaska, 23 de mayo de 2011,
Resiliencia . Cuando hace unos años los profesionales de la educación y el trabajo social empezamos a oír el término y después leímos con avidez libros como Los patitos feos, de Boris Cyrulnik, lo adaptamos rápidamente como uno de nuestros conceptos estrella. Era lógico, sus postulados casaban con el modelo sistémico, que triunfaba (todavía lo hace) como modelo socioeducativo. Casaban también con algunas de nuestras prácticas: si participar en experiencias grupales positivas, artísticas, comunitarias, de tiempo libre, etc. resultaban factores que hacían a la persona mas resiliente (es decir, más capaz de salir airoso en contextos familiares y/o sociales muy adversos), entonces no habíamos perdido el tiempo.
A pesar de las discrepancias de la ciencia sobre la resiliencia , parece que sí, que determinadas experiencias en el entorno más inmediato (la familia, la escuela, el barrio) pueden hacernos más fuertes frente a las adversidades.
He seguido la pista al término resiliencia durante estos años. Su éxito como concepto en Jornadas y Congresos sobre temas sociales es indiscutible, aunque creo que no se corresponde con su uso práctico. No suele estar en nuestro día a día.
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Las TIC. Si , como han demostrado numerosos estudios, la comunidad donde vive una persona puede ofrecer elementos y recursos positivos para su desarrollo (seguridad, equipamientos, actividades para jóvenes, etc.) quizás hay que ir pensando en qué recursos positivos pueden ofrecer las comunidades virtuales, la web 2.0, a personas que, por un motivo u otro, parten con una desventaja social. Las TIC como recurso compensatorio de esa desventaja.
Parece que, en general y sin tener en cuenta algunas patologías, el peligro de que la persona acabe aislándose de su entorno físico por la experiencia virtual no está demasiado fundada. O quizás se aisle voluntariamente de su entorno más inmediato (por ejemplo de un barrio degradado que no le ofrece mucho más) pero pueda participar en otro más positivo.
La experiencia de la llamada #spanishrevolution demuestra que las redes sociales pueden potenciar lo presencial. Y aún más, que permiten una experiencia grupal de personas que dificilmente se hubieran encontrado de otra forma. Parece, a tenor de lo que está ocurriendo con los movimientos sociales más actuales, que lo virtual y lo presencial van a ir necesariamente de la mano.
Hace muchos años, años analógicos, yo recomendaba algunos libros en mis entrevistas con los usuarios. Quizás ahora tengamos que empezar a pensar también en nuestro papel de acompañante en mundos virtuales: la creación de una identidad digital, la participación en comunidades virtuales que le ofrezcan un valor de uso, la creación de blogs donde puedan compartir su experiencia con otras personas, la creación de redes sociales de personas en situaciones similares, la creación de entornos virtuales y personalizados de aprendizaje, etc.
Quizás podamos demostrar entonces que la participación en experiencias 2.0 puede hacer más resilientes a las personas con desventajas sociales .
Se nos acumula el trabajo.
3 comentarios:
Curiosamente, en mi último y metafórico post en el EducaBlog sobre la #spanishrevolution, también he relacionado la resiliencia con las TIC o la cristalización offline del uso de las mismas.
Buen análisis, como siempre...
pues me voy a leerlo ahora mismo, que me parece que con tanta movilización se me ha pasado.
Gracias!!
Siempre innovando,me encanta tu blog.
ES gallega.
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