FIN DE LA CRÓNICA INCOMPLETA DEL #CONGRESOEDUSO

Alaska, 7 de mayo de 2012,

Son las cinco de la tarde del sábado. Me acerco al Palacio de Congresos para ver si todavía queda alguien, porque he perdido unas llaves. No hay nadie. Las puertas están cerradas y tras los cristales se entrevé un espacio enorme, vacío, sin vida. Un titanic de mármol. Hace tan solo unas horas el mismo espacio bullía. Los espacios, aunque sean palacios, solo tienen sentido llenos de cerebros. Como las redes sociales, que no son nada sin las ideas de las personas. 

 Unas horas antes de perder las llaves, asisto a las conclusiones. No voy a repetirlas aquí porque dentro de poco se podrá tener acceso a todos los contenidos del Congreso. Tampoco creo que sea lo más importante. Un congreso son más las redes que se tejen entre los participantes que los contenidos mismos, aunque estos tengan su importancia, sin duda. También están hechos para crear identidad profesional. Una especie de reafirmación colectiva. Son una plataforma y un escaparate. Pero difícilmente son prescriptivos. Lo más interesante que se hará en los próximos años en la profesión lo harán los profesionales que trabajan en el día a día, en ámbitos laborales o académicos. ¿O es que alguien se acuerda ya de lo que se dijo en el último congreso?. 

 Las conclusiones. Me quedo con la necesidad de visibilización de la profesión. Una de esas cosas que se repiten como un mantra, de congreso en congreso. Una palabra fea. Bien. Yo creo que ya somos bastante visibles. Quizás lo que nos pasa es que estamos llegando al tope de visibilización que puede tener una profesión como la nuestra. Qué sé yo, igual estoy equivocado. En todo caso estoy seguro de que la sociedad nos hace caso cuando tenemos cosas interesantes que contarle y se lo contamos bien. Es así para todo el mundo.

 Los colegios profesionales pueden crear contenidos pero también se tendrán (nos tendremos) que poner las pilas en algo que nos compete: ser un altavoz de prestigio para todas las iniciativas y los discursos interesantes que los educadores están haciendo ya. En eso los colegios hemos sido históricamente un poco rácanos, solícitos siempre a nuestras vacas sagradas pero poco dados a apoyar iniciativas de educadores anónimos. Creo sinceramente que eso está cambiando. 

 Otro gran acontecimiento de este VI Congreso ha sido la presencia de las redes sociales en los talleres y comunicaciones o jornadas (el II Encuentro de bloggers por ejemplo) y en el seguimiento por facebook y sobretodo twitter.  Quizás me equivoque, pero he visto bastante diferencia entre el bullicio virtual de estos días y las mesas o conferencias más o menos oficiales (las del auditorio principal, para entendernos) donde el tema de las redes e Internet se ha tocado muy superficialmente. Me da la impresión de que se le puede sacar bastante más suquillo al tema. Porque hablar del tema de las redes no es solo nombrarlas porque toca. Es afrontar de verdad el papel que va a jugar el educador social en todo esto. Es empezar a reflexionar sobre cómo ha cambiado el ciudadano al que atendemos, pensar sobre las identidades digitales, sobre como la creación de conocimiento y de discurso es, cada vez más, discurso compartido y generado en la red. 

Algunos ya  estamos por la labor, pero no porque seamos unos frikis de la cosa (que un poco también) sino porque es el tema sobre el que todas las profesiones que tienen que ver con la comunicación y lo humano están reflexionando. A ver si al final la brecha digital va a ser entre los educadores y trabajadores sociales y el mundo. 

Va acabando el Congreso y voy pensando en el gran esfuerzo que significa llevar a buen puerto algo así. . Uff. Mi admiración y aplauso sin reservas para todas las personas que lo han hecho posible, desde los miembros del Consejo de Colegios hasta los voluntarios más anónimos (que han hecho una labor excelente).

Finaliza el Congreso con la conferencia de Graciela Frigeiro. Habla de psicoanálisis,  transferencia, pulsión de muerte,  interpretación de los sueños. En fin, ya saben ustedes mi poca tolerancia con este tema. Me quité. Eso sí, después de leer todo lo que se puede leer sobre él y más, que yo no suelo hablar por hablar. No puedo comentar casi nada sobre la conferencia porque no me enteré de mucho y lo poco que me enteré me parecía bastante obvio.
Últimamente, siempre que critico al psicoanálisis me dicen que hay que escuchar y estar abiertos a otras cosas. No entienden que lo hago precisamente por eso. Eso sí, reconozco que la retórica freudiana y su letanía te lleva en volandas en una suerte de adormecimiento que te impide aprehender el raciocinio justo . Por decirlo un poco con sus palabras derridianas. Te atontece,  vaya.
Pero no entraré a debatir la oportunidad de traer a la señora Graciela. En realidad que ella clausurara un congreso no tiene que ver con la contemporaneidad. Quizás sea actual, pero no es contemporaneo, como ella misma dijo. Se trata de una cuestión de gustos y correlación de fuerzas. Los miembros del consejo científico opinan que el psicoanálisis es El discurso de la educación social (empezamos a ser un poco los últimos mohicanos que piensan eso). Por eso le dejan que cierre. Nada que decir, están en su derecho. Yo estuve a punto de formar parte de ese comité científico (algún insensato me propuso) pero al final me quedé fuera. Si hubiera estado dentro hubiera luchado porque en el lugar de Graciela hubiera algún científico que nos hablara de los últimos descubrimientos en neurociencia que tengan relación con la educación social, un psicólogo evolutivo, o un genetista, para provocar, o con algun experto en redes sociales que debatiera sobre el papel de la educación social o que nos hablará de las nuevas propuestas en educación. Si me hubieran hecho caso, que lo dudo, habrían llovido más palos. Así que, seguramente, lo de Graciela está bien escogido.

Conclusión: Un excelente Congreso. Un gran trabajo del Comité Organizador (también el científico, ¿eh?, a pesar de Graciela. Nadie es perfecto) y de todo el personal voluntario que se ha desvivido por y para los participantes. Felicidades y enhorabuena.
Nos vemos en Andalucía.

PD: Las llaves aparecieron.