martes, 10 de junio de 2008

DE MADRES ABANDÓNICAS E IGUALDADES


Hay genogramas que asustan. Un frío papel lleno de círculos, lineas y nombres.
Los cuatro primeros hijos de Laura, de padres diferentes, ya no están con ella. Están con sus padres o sus abuelos. El quinto es un cuadrado unido todavía por una línea a mamá. ¿Hasta cuando?.
Un genograma se lee en frío. Son datos. Matemática social, sin rastro de sufrimiento.
La tentación de atar cabos es enorme. Se atan, sin ninguna duda, aunque algunos cabos se hagan un nudo o se rompan cuando les pones voz y cara.
Un informe social es siempre injusto con el protagonista. Es una narración hecha por sucesivos escritores. Por eso nunca sale redondo y deja cabos sueltos. Suele registrar lo peor de uno en un momento de su vida. Obvio, para lo mejor nadie necesita un informe.
Laura también fue abandonada, y ahora hace caso al determinismo, a su educación y, ¿quién sabe?, quizás también a sus genes. Por si acaso, ahí nos tiene a nosotros para contradecirla, buscando con lupa en el expediente algún indicador, algo a lo que agarrarnos. Difícil.

Le digo a Teresiña que si Laura fuera un hombre, y sus hijos estuvieran con sus madres, quizás lo miraríamos todo de otra forma. O quizás no. No sé. Una madre que abandona a sus hijos, siempre es una frase con un plus cultural y emocional añadido. A pesar de todo, ha dejado a sus hijos a buen recaudo. Un hilo del que tirar.
Siempre hay algo que rescatar de todo el mundo. Basta con alejarse un poco del papel.


Igual da__________
Uno de los retos que se proponen las Políticas de Igualdad, empezando por la Ministra de la cosa y acabando en los departamentos de toda Alaska, es acabar con la discriminación que existe entre los sueldos de mujeres y hombres que hacen el mismo trabajo. A mi me parece fantástico. De verdad.
Lo que no me parece tan maravilloso es que la misma administración pública que se llena la boca con sus flamantes Departamentos de Igualdad, repartidos por todo el territorio, permita la externalización de servicios sociales que están creando diferencias laborales bochornosas. No tengo nada en contra de buscar nuevas estrategias de gestión de los servicios, pero, hasta ahora, en servicios sociales, la externalización ha significado precariedad. Se da el caso de educadores que cobran menos que sus compañeros, en un mismo equipo, simplemente porque ahora los contrata una empresa externa, sujeta a un convenio peor.

Esta discriminación es igualitaria, eso sí. Se da entre hombre y hombre o mujer y mujer. Hasta puede ocurrir que una mujer cobre más que un hombre, dependiendo, por ejemplo, de si llegaste antes de que externalizaran tu servicio, o de si ella trabaja en un centro de menores de la administración y él en un centro idéntico pero concertado.

Será eso, que como esta discriminación no entiende de sexos, porque de lo que se trata es de ahorrarse dinero, aquí las Políticas de Igualdad no dicen ni mu. Qué van a decir, si todo queda en casa.


Pintura: Patricia Cruzat

13 comentarios:

Meiga en Alaska dijo...

Me encanta los temas que traes a tu blog. Y además me encanta que los adereces con fotos de Paty, la hermosa Difusa :)

Besos

Anónimo dijo...

kiyo, me ha encantao el tema que has hablado de la externalización, en mi ciudad, en mi otra Alaska. un educador como yo, perteneciente a una empresa privada, y uno perteneciente a la Administración Publica, tenemos una diferencia de sueldo del mas del 150%.pero en verdad, el dinero... dinero se queda, hoy por hoy paso de eso. Prefiero quedarme con las otras cosas positivas de mi trabajo y la calidad que se les da a los menores. un abrazo y esperando con que nos sorprenderás mañana.
José Luis, el del Centro de Menores.

CRISTINA dijo...

Dices que siempre hay algo que rescatar de todo el mundo. Tienes razón, pero, cuando hay niños de por medio, me parece que lo primero rescatable deben ser los niños. Una amiga que es Trabajadora Social me cuenta a veces casos y no entiendo cómo por "rescatar" a los padres se permite que los niños sigan en según qué situaciones.

Y respecto al segundo tema, tienes toda toda la razón. Además es algo que se da en multitud de campos y profesiones. Yo no pido cobrar igual que un hombre, con cobrar igual que una mujer que haga el mismo trabajo que yo pero que vive en la comunidad autónoma de al lado, me conformo....en fin, en fin...

Saludos Quique. Siempre es interesantísimo leerte.

Anónimo dijo...

Entiendo que con "externalización" te refieres a subcontratación. Para mí es la lacra que a día de hoy más está quemando(nos) a los educadores de mi entorno. Las diferencias son brutales y verdaderamente no acaba de entenderse bien.

No sé, por ejemplo, si en la enseñanza reglada o formal esto es, la de colegios e institutos, existen tantas diferencias entre el profesorado de un centro público y el del privado. Yo creo que no.

De esta forma, espero que convenios y sindicatos de nuestro sector se peleen por llegar a conciertos más óptimos para nuestro colectivo.

Respecto a lo de la igualdad, me quedo con el debut el otro día de la ministra Aído en el congreso: ese "miembros y miembras"... qué mal sonó. A veces es mejor que se hagan acciones reales y visibles para las mujeres a que se tenga que utilizar sí o sí un lenguaje no sexista.

Un saludo. A pasar buena semana, don Quique.

Anónimo dijo...

Pues yo me quedo con la parte en la que te alejas del papel, te enfrentas a la persona y los cabos empiezan a desajustarse. Porque las cosas no son tan fáciles como blanco y negro, aunque a veces lo parezcan.

Me gusta mucho tu blog, es muy interesante.

Anónimo dijo...

Cada vez me gusta más tú blog. No sé si llegué a ponértelo hace tiempo, pero pienso que deberían recomendarlo en todas las facultades relacionadas con nuestro gremio (no sólo en las de educación social).
Das un panorama bastante claro de lo que haces en tu trabajo, las satisfacciones, los miedos, los aprendizajes y sobre todo los "tropezones" de los que es mejor aprender por experiencia ajena.
Felicidades.
Santi

Isabel Huete dijo...

Hola Quique, gracias por visitarme en mi blog.
Había entrado alguna vez en el tuyo pero no te dejé ningún comentario. Ya que esta vez lo hago, te diré que me parece muy interesante lo que escribes porque no sólo describes en qué consiste tu trabajo y las experiencias que vives sino que aportas además tu mirada sobre todo ello.

Si hay algo que me subleva es pensar en la posibilidad de que los niños sufran, que no puedan experimentar la ternura del amor de unos padres. Es difícil valorar o enjuiciar a los padres que tienen hijos de forma irresponsable porque no siempre podemos elegir la vida que nos gustaría vivir, pero me enciendo imaginando la soledad y el desarraigo de un niño.

Yo, que aunque soy funcionaria, trabajo como liberada en CC.OO., sé muy bien a lo que te refieres respecto a esas desigualdades salariales entre iguales, que no tiene nada que ver con el sexo sino con las políticas públicas que cada vez lo son menos porque cada vez recurren más a la subcontratación, que es una forma de privatizar los servicios y de ahorrarse dinero en salarios justos. Es la explotación de la necesidad... Pero a pesar de todo esto, conozco bien el gran trabajo social que la mayoría de vosotros hacéis con quienes más lo necesitan.
También yo, que soy de la Administración del Estado, gano menos que mi hermana que trabaja en la Administración autonómica de Murcia, aunque tengamos idéntico nivel y categoría.
Nada de todo esto me parece medianamente justo, pero reconozco que no me atrevo a quejarme viendo lo que se nos está viniendo encima y cómo lo está pasando y lo va a pasar mucha gente. No es un consuelo, pero me asusta quejarme.
Besotes

Miguel dijo...

Lo peor, es lo que me ha pasado hoy: ver a educadores quejarse de una nimiedad de la nómina, cuando tienen una gran nómina y mejores turnos.

Y no es envidia, de verdad, es ver cómo se "funcionalizan" y "burocratizan" gente que no era así.

Y el resto, haciendo el mismo trabajo aunque el dinero viene de distintas administraciones.

Saludos!

Anónimo dijo...

Con tu permiso Quique, le mando un mensaje a MIguel.
Perdona Miguel pero no estoy de acuerdo contigo, yo soy educadora social, y creo que puedo reinvidicar en mi nómica una nimiedad o lo contrario y no tiene nada que ver con si me he vuelto o no funcionaria o burocrática.
Por favor, no nos tiremos piedras a nosotros mismos. Si hay compañeros que cobran más y tienen mejores turnos, pues mejor para ellos y para la profesión, dicnificar nuestro campo és más lícito que reclamar envidiando "al otro". Considero que así nos iría mejor en la profesión

Quique dijo...

Saludos a todos,meiga, jose luis, cristina (tienes razón en todo), lucce (si, subcontratación, es más o menos lo mismo), fusa, santi, isabel, miguel y anónima. Interesante vuestra última aportación. Supongo que uno de los riesgos de crear estas diferencias laborales es que comienzen a haber malos rollos entre los compañeros. Yo soy partidario de "igualar, pero al alza",por supuesto.

Quique dijo...

quería decir comiencen, con c. que si no parecerá esto un sms

Miguel dijo...

Hola anónima, no se trata de "envidiar" al que cobra más o tiene mejores turnos. Se trata de que si se está en un mismo equipo y por circunstancias estamos en mejor situación que otros compañeros no empecemos a discutir por si yo he trabajando un festivo más que tú cuando hay compañeros que haciendo el mismo trabajo, tienen que escuchar este tipo de conversaciones. Y, ojo, no culpo al beneficiado, pero un poco de tacto sí viene bien.
Estoy de acuerdo contigo que hay que dignificar la profesión y entra las mejoras que otros compañeros tienen.

Y, aunque pueda parecer lo contrario, me he ido de fundaciones con mejores condiciones laborables simplemente por trabajo ya que estoy convencido que ninguno de nosotros pensábamos hacernos ricos en esto.

Saludos y gracias por tu comentario.

Anónimo dijo...

Hola Quique

Y qué se debe pensar de una madre que abandona su hija con un maltratador,para ponerse ella a salvo?

qué crees?

un saludo