domingo, 5 de octubre de 2008

ESPACIOS

- ¿Éste es tu despacho? Es un poco frío, ¿no?, me dice Jessica, una joven de 17 años.
¿Frío? Una pocilga, eso es lo que es. No se lo digo. Lo voy pensando, con una mezcla de indignación, rabia y vergüenza ajena.

Resulta que hoy he ido a trabajar a un pequeño ayuntamiento de Alaska, para substituir durante un par de semanas a un compañero. Total, que me he encontrado con el despacho más cutre en el que he trabajado en mi vida. X ya me lo había comentado, pero se había quedado corto. Paredes sucias, desconchones, sillas rotas, sin teléfono, sin sala de espera, cables colgando como telarañas, barreras arquitectónicas por todos lados, sin ventilación. El único teléfono está en un sórdido pasillo atiborrado de gente. Aquí la confidencialidad es una utopía. En una palabra; asqueroso. Un insulto a las personas que vienen al servicio y a mi mismo. Y no es que estén de obras, ¡que va!, ni que el ayuntamiento sea así de tercermundista, ¡quita!. Es sólo que se trata de Servicios Sociales, amigos.

Estoy de muy mala leche, para que lo voy a negar. Si no hubiera sido porque tenía a la gente esperando y la agenda llena de visitas, llamo al alcalde y le digo que porqué no viene a trabajar él en este cuchitril. No así, ¿eh?, con más diplomacia, que yo soy muy diplomático cuando me pongo. Le hubiera llevado un catálogo de Ikea, para que se entere de que tampoco cuesta tanto, ni es ningún lujo, atender a sus ciudadanos como Dios manda.

Pues sí, soy intransigente con este asunto, aunque, por fortuna, estas situaciones comienzan a ser muy excepcionales. Y es que ya me imagino a algún político enteradillo de este ayuntamiento diciendo: "Va ¿los de servicios sociales? Ponles ahí mismo. Total, si atienden a los pobres, ¿qué más da?", mientras diseña el loft del arquitecto municipal. Pues me van a oír.

No, si una parte de culpa la tenemos nosotros, los educadores, con tanta tontería que tenemos a veces, que vamos de agentes de cambio y no nos atrevemos ni a pedir que pongan papel en el water. Y es que algunos no se han enterado de que estamos en el siglo XXI y que la imagen que se ofrece es importante si quieres que el Otro te haga un mínimo de caso. Hasta los niños se dan cuenta de que eres un pringao trabajando en estas condiciones. Algunos no entienden que para ofrecer una atención de calidad hace falta empezar por unas condiciones mínimas de trabajo. Otros, con espíritu misionero, defienden la "autenticidad" de trabajar bajo mínimos, a ver si jugando a ser pobres les viene la inspiración.
En fin, se trata sobre todo de una cuestión de respeto a las personas que vienen a hablar contigo. Muchas de ellas están jodidas y merecen que las recibas en el salón de casa y no en el trastero.
Esto vale para despachos, y para cualquier otro espacio en el que se atienda a las personas: centros abiertos, cerrados, residencias, cárceles o lo que sea. Si algún educador no se ha enterado, digo, todavía de esto, una de dos: o su trabajo le importa tres pepinos, o se quedó anclado en el grunge y confunde la velocidad con el tocino.

Buenos días.

Alaska, 6 de octubre de 2008


Fotografía: Lyndon Wade

18 comentarios:

..."""silvanna"""... dijo...

hola quique!!! Joer, estarás cabreao y todo... pero qué risa me ha dao este post! xD Solo de imaginarte en un sitio como el de la foto... bufff

Tienes toda la razon del mundo, a quien le gusta que le atiendan en un sitio asi? Pero por desgracia ese "despacho" no es el único al que le faltan unos muebles del ikea...

Anónimo dijo...

Joder, mierda de blogger que me da siempre error. Ahora no sé si te he mandado o no el comentario.

Decía que no me extrañaría que la gente estuviera más pendiente del desorden que de tus servicios.

A ver si ahora sí.

Quique dijo...

Hola silvana y fusa.
No sé fusa si están más pendientes del desorden, pero, de entrada es una patada a la credibilidad.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Quique, no te enfades, seguro que sabes captar su atención y dos minutos se han olvidado de dónde están sentados. No infravalores tu trabajo, da igual la silla en la que te sientes.

Quique dijo...

Hola edda.

Sí que me enfado y espero no dejar de hacerlo nunca en casos así.
Precisamente porque valoro mi trabajo, valoro también el sitio donde lo hago. El espacio forma parte de mi trabajo y es una parte muy importante. No estoy hablando de un capricho, o de una exigencia vana.
No da igual la silla en que me siento, ni mucho menos la silla en la que se sientan. Por el respeto a las personas a las que atiendo, quiero que se sientan (nunca mejor dicho) a gusto. Eso es parte de mi trabajo.
El lenguaje no verbal, los espacios profesionales, el clima que se crea, incluso la luz, son muy importantes. Eso es lo que defiendo.
Creo que infravaloraría mi trabajo si esto no me importara.

Sería algo así como hacer un discurso muy elaborado mientras muestro unas uñas negras de porquería.
Yo defiendo que las uñas hay que llevarlas limpias.


Un saludo

Meiga en Alaska dijo...

Quique, estoy totalmente de acuerdo contigo. Tienes todo el derecho del mundo a estar mosqueado y te animo a que denuncies la situación a quien sea pertinente hacerlo. Igual no te hacen ni caso, pero callarse por pensar de entrada que no te van a ahcer ni caso, es peor aún. Así nunca se movió el mundo ni un ápice.

Yo creo que el entorno en el que ves a la gente es super importante. Como dices, transmites un mensaje de respeto, tanto por tí mismo, como por tu trabajo y por la gente qeu viene a verte si tu oficina es agradable.

Tuve hace tiempo una oficina chiquitita y desangelada. Como nadie hacía nada, yo misma fui a comprar pintura y pinté las paredes de colores cálidos y muy mexicanos (la mayoría de mis clientes eeran mexicanos), arreglé un par de cosas, y me traje de casa algunas cosas para decorar. Así convertí mi rinconcito en un lugar super agradable. Tanto que al cabo de un año, la mitad de los empleados de la agencia habían seguido mi ejemplo y la agencia empezó a pagarnos la pintura y pintarnos las oficinas si queríamos :)

Y los clientes estaban encantados de venir. Estar allí durante esa hora les traía de vuelta un poquito del color que habían dejado atrás en su tierra.

Perdona por el rollo :)

Besos

Ginebra dijo...

Pues mire, sí que da asco trabajar en esas condiciones pero también es cierto que, como ya ha dicho usted mismo, gran parte de la culpa la tiene su colectivo por practicar el "misionerismo". Y Edda tiene razón: from lost to the river, ya que ése es el espacio con el que cuentas (de momento) más vale hacer abstracción del sitio y estar seguro de que tu trabajo es igual de bueno allí que en un superdespacho.

Quique dijo...

¿rollo? Alaska, me estás dando una idea buenísima.
Ginebra, de lo que estoy seguro es de que mi trabajo no es igual de bueno allí (nunca puede serlo), y desde luego no necesito un superdespacho.

Anónimo dijo...

Quizá cuando los dirigentes empiecen a ordenar sus ideas encuentren espacio para recibir a los ciudadanos. Quizá, cuando ordenen sus cabezas empiecen a ordenar los tresillos de nuestra vida. Quizá.

Muaks mañaneros

Lara tiene alas

Anónimo dijo...

Te escribo desde la más absoluta oscuridad de mi habitáculo, dos semanas llevo ya sin poder apagar la luz, ¡dos semanas con la persiana rota! Y aparte de la incomodidad y el agobio, está la cara de los usuarios de servicios sociales... "si está así la administrativa..."
No hace falta decir que estoy totalmente deacuerdo con tu indignación...
Cuánta costumbre de tomar a los SS.SS. por un agujero dónde meter todo lo que ningún otro departamento quiere.

En fín, qué contarte que no sepas!

BLQ dijo...

Hola Quique,

estoy totalmente de acuerdo contigo y eso que hay que cundir con el ejemplo y ser como los pobres es una excusa barata.

Yo soy pobre según los conceptos de esta sociedad, y no por ello mi casa esta hecha una mierda. Tengo mis sillas en condiciones, la mesa de trabajo, ordenador y telefono incluso, asi que arriba con el cabreo, mano dura y que el dinero nos lo den a nosotros y no al banco.

Solo una cosa, no hace falta ir a Ikea no? Seguro que se encuentran cosas mejores y baratas por Alaska, incluso puede que en algún lugar de ayuntamiento hay sillas, mesas, etc que no se utilizan y estan la mar de bien.

saludos

Anónimo dijo...

Lo siento por lo de tu oficina temporal, pero la verdad tu blog me ha sorprendido, creo que lo he encontrado atraves del 20 minutos.
Eborbuena!!!!!
Besos, Cejota.
http://www.elblogdecj.es/

Anónimo dijo...

"Otros, con espíritu misionero, defienden la "autenticidad" de trabajar bajo mínimos, a ver si jugando a ser pobres les viene la inspiración".

Plas, plas, plas, plas... Mi ovación a la entrada de hoy, Quique.

Pero ojo, te recuerdo que esos son los educadores pata negra.

Ciao!!

Meiga en Alaska dijo...

Ya me contarás tu idea, que me has dejado intrigada :)

Quique dijo...

Saludos lara, cejota, eloi, galamina, lucce...

Filoabpuerto dijo...

Quique, efectivamente,los espacios son muy importantes y entiendo tu indignación o incluso me uno a ella.Yo también me desgañito exigiendo espacios más amplios donde podamos trabajar en condiciones saludables y con agrado; muchas veces pienso que las Administraciones "estabulan" al alumnado y que las "aulas" son "jaulas".

Saludillos

Merce

Quique dijo...

Hola Merce.
Meiga en realidad era tú idea, la de coger el bote de pintura. Pero creo que no. De momento me quejaré.

Quique dijo...

Hola Merce.
Meiga en realidad era tú idea, la de coger el bote de pintura. Pero creo que no. De momento me quejaré.