Teresiña viene muy contenta. En el almuerzo me explica que la semana que viene inicia un curso de coaching, que se ve que es una cosa la mar de cool. Bueno, bueno, no tanto. Hace un montón de años ya leí en algún sitio que esto del Coaching estaba de moda en EEUU y, aunque lo encontré una cosa un poco rara, ya era de prever que acabaría llegando.
Este blog quiere expresar su dolor e indignación por el asesinato del empresario vasco Ignacio Uria.
Esto de la formación es muy curioso. Miro mi currículum. Hay cursos y congresos que hice en mis primeros años cuyos títulos han perdido toda vigencia: "Curso de prevención de las drogodependencias". Ufff. Fuera, fuera. Parece que hayan pasado siglos. Los cursos, como los coches, pierden valor con el tiempo. Quizás no pierden valor en sí, pero sí valor de cambio.
Los tiempos corren. Es difícil saber qué quedará y qué no, qué tiene substancia y qué es puro marketing. Esto ha pasado siempre, no nos engañemos. Pero ahora la oferta de formación es tan grandísima que cuesta saber para donde tirar.
Están los dinosaurios. Como en el rock. Las grandes teorías, los grandes modelos, las grandes disciplinas, a elegir: el estructuralismo, el positivismo, el conductismo, la psicología evolutiva, el cognitivismo, el psicoanálisis, la biología, las neurociencias, el evolucionismo, la psicología social ,etc. Son los pilares. Los Led Zeppelin de la formación. Unos modelos más reconocidos y más caducos que otros, vale. Pero todos con un cuerpo teórico de peso.
Luego están las tendencias, como en la moda. Las que se nutren de los dinosaurios, pero marcan la diferencia. Las que te pueden abrir o cerrar puertas. Los memes que triunfan. Algunas tendencias dan respuestas a las nuevas necesidades de formación (son las importantes y necesarias). Otras son puro humo.
Coaching. Grábate esa palabra. Es lo que se lleva y las empresas lo buscan. No estoy poniendo en duda su validez. Por lo poco que sé, habla de cosas interesantes (aunque algunas ya están más que inventadas) y no descarto meterme a investigar para saber un poco más. Pero es indudable que está de moda. Si te formas ahora en coaching son dos puntos, nene. Tú mismo. O no. Porque todo va tan rápido que igual cuando te hayas formado, la palabreja, el concepto, la formación, el coaching este, estará más viejo que carracuca. Aunque el inglés siempre mantiene un poco más joven a las palabras. Por eso dejaste de correr hace tiempo, pero sigues haciendo footing, o jogging, o running.
Hace unos años la mediación se iba a comer el mundo, pero mírenla, la pobre. Sí, sí, ya sé, la universidad sigue ofertando postgrados para mediadores familiares a punta pala. Pero es un espejismo. La ecuación es sencilla: no hay tantos a quien mediar. Aún no se ha impuesto la mediación en las escuelas, que ya las escuelas buscan otra cosa. Los gurús no están por la mediación, y no hay nada que hacer. La búsqueda de lo nuevo, de lo joven, per se, engulle todo a su paso. La resiliencia, otra que lo mismo. Uf. Hace un par de años no eras nadie en educación social si no soltabas la palabra resiliencia en una reunión de profesionales o en un congreso. ¿Y ahora? También es verdad que debajo del término y del invento no había demasiada chicha, para que nos vamos a engañar. ¿Y el trabajo comunitario? ¡Dios!. Nómbralo en una reunión, que seguro que el próximo día te tratan como si fueras el abuelo Cebolleta. Lo puedes substituir por trabajo en red, que es casi lo mismo. Todavía cuela. Pero vaya, tiene los días contados. Hace poco hablé con unos equipos que decían que el modelo de trabajo en red estaba en crisis. Lo que no llegaban a entender es que nunca lo habían aplicado de verdad. Pero eso es otro tema. Ha tenido su tiempo, hasta hace dos días, pero se acabó. Quizás si empiezas a llamarlo trabajo global... ¿Quién sabe?, igual te marcas un meme en toda regla. Hay conceptos que triunfan y que son como los chistes; nadie sabe quien los puso en circulación.
A veces cambian los conceptos aunque hablemos casi de los mismo. Porque del trabajo comunitario al trabajo en red, ya me dirán. Pero eso es lo de menos. Antes se hacía gimnasia, y ahora todo quisqui hace pilates. ¿Y qué? La cuestión es: ¿Quieres estar en la pomada o no?.
Constelaciones familiares, modelo sistémico, inteligencia emocional. Nada, nada. Hoy todavía no se han afianzado unos discursos o una terminología que ya están caducos. Ahora son las TIC, y la PNL todavía aguanta. Aunque el año que viene vaya usted a saber. Ya casi nadie dice multimedia. Y mira que hace unos segundos era lo último de lo último.
La formación actual es como el arte moderno. Cuesta distinguir la obra de arte del timo. Hay cosas modernas muy buenas, y otras que sólo son buenas porque son modernas. Cosas del postmodernismo.
Para estar bien formado uno debería beber de las fuentes del saber: Chomsky, Dawkins, Pestalozzi, Voltaire, Montaigne, Darwin. Mirar a Velázquez, antes de deleitarse con un Rothko, vamos.
Luego está la formación complementaria. Lo in. Lo out. Elegir y dar en el clavo.
Hoy todas las empresas ponen en su entrada una gran palabra: Misión. Cuando los empleados empiecen a digerir el término, algún gurú le habrá dado ya una patada. Leeremos las misiones de nuestras empresas y nos descojonaremos vivos. Pero eso ocurrirá de aquí a diez años. De momento ponle Misión a tu empresa y no me seas merluzo.
En estos tiempos es importante separar el grano de la paja. Según lo que uno pretenda, elegir la paja. Una paja efímera pero moderna. Aunque quizás esa paja (con perdón) es paja para hoy y hambre para mañana.
Hoy no es que tenga uno que reciclarse, releches, no. Es que los ciclos van que vuelan. A ver, que puedes no hacerte un facebook, y seguir rellenando tus expedientes a boli Bic, que no estamos hablando de la calidad del trabajo, ni de la felicidad, ni nada de nada. Al contrario. Un buen consejo es seguir a lo tuyo, y dejarte de (meme)ces. Pero los tiempos corren una barbaridad, que lo sepas.
Hablaba Kundera en La insoportable levedad del ser, de la diferencia entre lo pesado y lo leve. Yo, últimamente, he vuelto a los grandes, a los que tienen un discurso trabajado, los que tienen años de investigación a sus espaldas; los que resisten el tiempo y las modas. Los que tienen un peso. Sean antiguos o modernos. Es la única elección posible. En ciencia, en literatura, en pedagogía, en periodismo o en lo que sea.
Pero, por si acaso, voy empoderándome (otra palabra cool para marcarse un tanto), que tampoco es cuestión de parecer un abuelo cebolleta.
__________________________________Este blog quiere expresar su dolor e indignación por el asesinato del empresario vasco Ignacio Uria.
7 comentarios:
Genial el artículo, gracias por expresarlo tan lúcidamente. Quique, cuando tengas más datos sobre el famoso coaching me lo explicas? literalmente es entrenamiento....pero aplicado a nuestra profesión, me quedan mis dudas de qué cuerno se trata.
saludos desde Uruguay
jajajaja Buen post!
Yo también tendré que empezar a sustituir mi vocabulario con palabras cool, para no ser "una abuela cebolleta", como dices tu, jajajajajaja Que gracia!
Aunque me lo pienso mejor... y para qué perder el tiempo en eso, si después no me acuerdo de lo que significan y digo lo contrario a lo que queria decir!
Un saludo! O queda mejor see you soon? Que el inglés hace que las palabras se vean más jovenes! xD
Ya ves, pagamos cursos para que el curriculum suene a empresa... y resulta que en esto de los "social" vamos necesitando menos empresa y más humanidad.
Tu artículo genial, ahora que un día de estos quedamos y hablamos de la magnífica "calidad" Zasss como dice Mafalda...
Bss
¿"Empoderarse"??? soquéé???
Although from different places, but this perception is consistent, which is relatively rare point!
Buen articulo, pero si la respuesta no es el trabajo comunitario o global, la mediacion o resilencia... ¿donde esta el futuro de esta profesion?
Yo acabo de llegar de inglaterra de vuelta es españa tras trabajar para diferentes ONG´s y la verdad es que la situacion de ayuda social esta a otro nivel.
Te seguire leyendo. Gracias por tus palabras
Hola Rocio.
Bueno, yo creo que la mediación aún tiene mucho que decir (no la vamos a matar antes de haber nacido).
Yo apuesto por dos tendencias. Una es evidente, y más que futuro, es el presente inmediato (aunque si no estamos por la labor se nos pasará el arroz): se trata de las nuevas tecnologías. Quiero decir la verdadera utilización de las nuevas tecnologías (redes sociales, entrevistas cam, blogs, etc.). Nuestro discurso también tiene que abrirse y complementarse con otras disciplinas hasta ahora nuevas (periodismo, arquitectura, cine).
Otra tendencia, aunque es más un deseo personal que no una posibilidad muy factible, es la adopción del discurso científico y su aplicación en nuestro trabajo (genética, psicología evolutiva, biología, etc.) que debería sumarse a otros discursos más "propios" (pedagogía, filosofía, etc.).
Pero, en fin, ya veremos.
Lo que sí sería muy interesante es que nos contaras tu experiencia inglesa.
un saludo
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