sábado, 8 de agosto de 2009

LEER Y OTRAS RUTINAS


Alaska, 9 de agosto de 2009
Es un lugar común que en las vacaciones se busca romper con la rutina. Pero no estoy muy seguro de ello. Yo mismo, hasta en mis viajes más osados, el camino inca o las Torres del Paine, he disfrutado instaurando una rutina en medio de lo novedoso: la tertulia antes de meterme en el saco, por ejemplo.
Si eso me pasa en medio de la selva y los glaciares imagínense en lugares más prosaicos. ¿Romper la rutina? ¡Quita!, si yo en vacaciones lo que quiero es beber mi cerveza fría con mi periódico, si puede ser todos los días a la misma hora.
Mi periódico. Estooo, mi periódico es El País, aunque últimamente lo es sólo porque soy un sentimental. Me sigue gustando su formato y algunas secciones. Pero el partidismo de casi todos sus articulistas hace tiempo que apesta. Alguna vez pareció un periódico independiente y de referencia, quizás el único, pero ahora esa pretensión da risa.

Leer a Richard Dawkins, entre chapuzón y chapuzón, sí que es una gozada que no defrauda. Su libro, El espejismo de Dios, es una patada en el trasero de la religión. Con la fuerza de El Anticristo de Nietzsche, aunque Dawkins no filosofa con un martillo, sino con la contundencia de la razón.
Hay muchas diferencias entre este libro y la facilona crítica a la Iglesia católica que hace la izquierda española. Para empezar, Dawkins es más valiente: se atreve con todas las religiones. Incluyendo al Islam que esa misma izquierda progre no se atreve a mentar en nombre del multiculturalismo y de un inexplicable respeto.
Pero hay otra diferencia fundamental. La mayoría de críticas convencionales a la religión se dirigen a sus posturas más radicales, incluyendo el terrorismo, en contraposición a una supuesta religión "buena" y "pacífica". Pero Dawkins no es un hombre de medias tintas. Demuestra porqué todas las religiones son perniciosas, aún en sus postulados aparentemente menos nocivos. Para ello, entre otros argumentos, desmenuza ese libro cruel y gore, que a ratos parece escrito por unos psicópatas, que es La Biblia.

Hay verdaderas perlas en su libro, como cuando recuerda lo que la madre Teresa de Calcuta dijo en su discurso de aceptación del premio Nobel de la Paz: "El mayor destructor de la paz es el aborto". Eso dijo la santurrona madre.
También recuerda lo terrible que resulta adoctrinar a los niños en el dogma religioso (lo que él equipara a un maltrato) y que, por eso mismo, podamos cometer el sinsentido de hablar de niños musulmanes, cristianos, o protestantes.

En fin, como dice Steven Pinker: "aquellos que crean que la ciencia es simplemente otra religión, que la religión tiene que ver con los más altos valores o que los científicos son tan dogmáticos como los creyentes, que lean este libro e intenten rebatir los argumentos de Dawkins"

Hasta mañana, si Dios quiere.

7 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es cierto: la izquierda se ha vuelto demasiado débil en sus argumentos, demasiado convencional y previsible y es necesario miradas con más empuje y valentía como ésta. Aun así, a mi me gusta más la escritura de Nietzsche.

Anónimo dijo...

Chapeau la entrada de hoy Sera. Me considero un reaccionario de izquierdas-Woody Allen dixit- y es cierto, nos escandalizan más las tonterias del Rouco Varela que las pedradas, emparedamientos del Islam. Dón de están las reacciones por los azotes a la periodista que "se atrevió" a ponerse pantalones? Pues eso. Un saludo. Saludos Pedro, yo también prefiero a Nietzsche, el de la gaia ciencia.
Rafa

Anónimo dijo...

un libro interesante...ultimamente he estado escuchando que lo que se considera "alta cultura"tiene que ver con definir lo sublime de una manera muy parecida a como se explica el sentimiento religioso, es decir, fuera de toda razón.

Un saludo Quique, veo que has vuelto en plena forma.

Violeta

aaaa dijo...

Me he hecho con el libro y lo he empezado a leer. Tiene buena pinta. Ya te contaré.

Rosa Chover dijo...

siii Quique, yo tambien me pierdo por El Pais aunque a veces sea una panfletada, pero alguno que no lo sea? de religion no quiero hablar, pero este verano he descubierto a Irene Nemirovsky y no la puedo dejar, empece con el cuento de niño prodigio y ahora estoy con David Golder, y es increible como describe situaciones que puede vivir un viejo sin tener ella mas de veintitres años, la asesinaron por judia... otra vez la religion como pretexto... hiciste los caminos del inca? te saludo desde el Cusco, ayer estuve en Machu Pichu, pero yo fui en tren, una ya tiene una edad jajaja!

Quique dijo...

Hola a todos/as. Pedro (cuanto tiempo!), Rafa, Violeta, aaa

Pues sí Manuela, hice el camino, aunque mi mayor error fue ir sin porteadores. El paso a 4000m con tanto peso fue muy duro.
Que disfrutes de Perú!!

nikon dijo...

Estoy de acuerdo con la mayoría de alegatos de Dawkins que aparecen citados en el post. Parece un libro muy interesante y sin duda trataré de conseguirlo. Sin embargo, se vuelve otra vez a las andadas con el tema del aborto, considerándolo una aberración de ciertos fanáticos católicos apostólicos y romanos cuando el asunto en nada tiene que ver con la religión y sí mucho con la ética y los derechos humanos. En ningún sitio de la Biblia habla de fetos y de lo que hay que hacer con ellos. En ningún otro texto sagrado de ninguna otra religión se menta tampoco. Es un tema actual que debe ser tratado con argumentos actuales. Ciertamente, es muy simple. La pregunta clave es: ¿cuándo se considera a alguien ser humano? Porque en el momento de ser considerado ser humano ya se le aplican, automáticamente, los derechos humanos. Y más importante que esa pregunta sería: ¿por qué? De momento, ninguno de los políticos que han hecho legislaciones sobre el tema ha sabido responder a esta última pregunta y la mayoría de los "progres" tampoco. Por otra parte, y no siendo especial fan de las creencias de Teresa de Calcuta, hay que considerar la labor que hizo con los más pobres, igual que el recientemente difunto Vicente Ferrer. No por ser católico se le debe quitar a uno el mérito de su trabajo; en este caso, su trabajo a favor de la paz.