miércoles, 28 de julio de 2010

CUADERNO DE VERANO (6)













Cuando vivía en Badia (sí, sí, la de Busquets), a los 15 años se podía ser heavy, rocker, punk o hippie, con todas las variantes que se quieran. Y poco más. Pijos casi no había y los adolescentes que no eran ninguna de esas cosas corrían el riesgo de quedarse más solos que la una. Con el tiempo y la madurez cada uno iba adquiriendo poco a poco una identidad que incluía formas de pensar, de vestir, en definitiva; de vivir, propias , libres de la presión del grupo.

O eso parecía. En Cataluña, como si se viviera en una eterna adolescencia, uno tiene que ser (perdón por los "istas" que me dejo): nacionalista español, o nacionalista catalán, o españolista, o catalanista, o ciudadano del mundo, o independentista, o anticatalán, o antiespañol, o antiglobalización. Con todas las variantes a izquierda, centro y derecha que se quieran. Digo tiene que ser, porque, en muchas ocasiones, son los otros los que te consideran de un grupo u otro, aunque tú no acabes de considerarte de ninguno en concreto.
Podría parecer que tanta diversidad es buena porque permite, al menos, tener dónde elegir. Pero es engañoso. Todos estos grupos exigen una adhesión sin fisuras, mucho más implacable y asfixiante de lo que su aparente tolerancia transpira. Los miembros del grupo sólo leen, oyen, ven y siguen a los que piensan como ellos mismos. Ejercicio muy placentero, porque en el grupo se está muy agustito, pero de bastante pobreza intelectual. Es curioso, la mayoría de estos grupos se consideran a si mismos muy políticamente incorrectos, cuando lo verdaderamente incorrecto, y valiente, es disentir de tu propio grupo en algo.
De la misma forma que era una blasfemia que un rocker de Badia se pusiera una camiseta negra de Black Sabbath , no puedes tener una opinión libre sobre muchos temas sin que eso signifique la repulsa del grupo. Es más, pensar por uno mismo puede salir bastante caro.
Muchos temas quiere decir muchos temas y mira que los hay diversos: el castellano, el catalán, El Mundo, El Punt, la inmigración, Savater, Laporta, el Barça, el Madrid, la selección española, los toros, el nacionalismo, la Constitución, las banderas, los himnos, la transición, el capital, la patria, la identidad, la cultura, Israel, Palestina, Barcelona, Madrid, España, Cataluña, el PP, los EEUU. Todos los catalanes sabemos perfectamente lo que se debe opinar sobre cada uno de estos temas, aunque sea sin conocerlos en profundidad, si quieres que el grupo te quiera sin tapujos y te aplauda en facebook o te considere un traidor y su peor enemigo. Porque en la cosmovisión (¡palabras mayores!) que te exige el grupo no ha lugar para las opiniones discordantes. El que se mueve no sale en la foto.

Así, sin fisuras, como los heavys, los rockers, los punks y los hippies de Badia. Sólo que entonces éramos adolescentes.

(Vuelvo con la educación social como tema en septiembre. Mientras tanto iré escribiendo este Cuaderno de verano. Feliz ídem. )

3 comentarios:

Rosa Chover dijo...

pues no parece que hayamos evolucionado mucho desde tus tiempos de Badía! conozco a alguien que trabajó un tiempo en una tertulia de opinión de ésas de la radio, y no le renovaron el contrato porque no tenía opiniones claras sobre la mayoría de cosas que se debatían, igual emitía una opinión supuestamente 'de izquierdas' que otro día les desconcertaba defendiendo una posición 'de derechas' en otro tema. Y eso no gusta, tienen que crear tendencias de opinión claras y no confundir al oyente hombre! y así vamos...

Alfonso Casado dijo...

Verano prolifico.
De vacaciones?
Si es así que las disfrutes.
Un saludo desde Sevilla

Quique dijo...

Pues sí Manuela, así vamos.
Hola Alfons, sí me he tomado unas vacaciones del tema ES jajaj. ¡Que calor tiene que hacer en Sevilla,no?
Un saludo!