viernes, 15 de junio de 2012

EDUCACIÓN SOCIAL EN CRISIS

Alaska, 15 de junio de 2012,


 ¿Qué hace un educador social?
Cuando te preguntan algo así en una sesión de trabajo yo creo que uno, instintivamente, piensa en la cantidad de manuales o documentos profesionales que ha leído, a ver si suena la campana y contesta algo entre coherente y profesional. Pero los manuales y los documentos están bien para los manuales y los documentos. Sientan las bases, que ya está bien, muy bien diría yo, pero difícilmente sirven para explicarse así, a bote pronto. Aunque ahora llevemos la wikipedia en el bolsillo, uno no habla como hablan los manuales. Imposible contestar a esa pregunta con un “el educador social es el profesional que...”, no, no, quita. Cada vez que he recurrido a estas definiciones me he sentido más frustrado, no solo porque en nuestro caso suelen estar escritas por un maníaco depresivo con tendencias paranoides, sino porque es imposible narrar nuestra profesión (he dicho narrar, no definirla) con afirmaciones estáticas y atemporales.
No voy a resolver el problema. Ya saben, cuando me pongo estupendo aspiro a que mis post parezcan pequeños ensayos, pero la mayoría de las veces me escudo en que esto es un blog, que es lo que es, y escribo lo que me da la gana. Soy un cobarrde fristo pecadol de la pradera.

Total, que estaba yo pensando en la pregunta (recuerden: ¿qué hace un educador?) y colgué en twitter, ese lugar donde  todo el mundo habla y nadie se escucha, esta frase: “educador social. Un profesional pegado a su contexto”, como quien piensa en voz alta. Pensé que la pregunta ¿qué hace un educador social?  exige una respuesta de época. El educador hace, o debería de hacer, lo que el contexto le pide a la educación que haga en cada momento. Imposible una narración de esta profesión sin tener en cuenta dónde y cuando trabaja uno.
  
El contexto. En el contexto actual la voz de la educación social es más necesaria que nunca.  Pienso en algunos quehaceres insoslayables y se me ocurren tres, para empezar:

Uno.
Una labor de denuncia. Hacer visible lo invisible. Hay familias enteras en la cuerda floja que necesitan una inyección de capital: becas, ayudas al alquiler, rentas mínimas, alimentos, etc. La necesidad, casi utopía ahora mismo, de crear empleo y de solucionar, por vía legal, el problema de la dación en pago de las hipotecas.
Ya sabemos que la macroeconomia no se va a ocupar de las personas ni de sus miserias diarias, por mucho que nos desgañitemos en facebook o twitter diciendo lo hijosdeputa que son los de Bankia y los banqueros, lo fachas que son los del pepé, lo cabrones que son los mercados y lo zorra que es la Merkel. Todas esas revoluciones de sofá y esa catarsis están muy bien, pero a menos que sea usted, querido lector, un pez gordo de alguna cosa, nuestra realpolitik suele ser otra. Nos toca lidiar con los ayuntamientos y con los poderes públicos para que sepan que muchos de sus ciudadanos están sufriendo y que es inaceptable cualquier recorte  que les deje a la intemperie. Por eso es tan vergonzosa la gestión de la PIRMI que está haciendo la Generalitat de Cataluña, porque esa ayuda, impulsada hace muchos años por los mismos que ahora la cuestionan, es más necesaria que nunca. Esta clase de recortes sociales encubiertos son una gran irresponsabilidad y someten a las personas a una tensión inaceptable.
¿Estoy hablando de asistencialismo? Quizás sí. Aunque yo creo que lo sería si no exigiéramos contrapartidas a las personas en términos de responsabilidad. Llámenlo rescate a las familias si quieren, que es más cool.

Dos.
Sí, trabajamos la responsabilidad, ¿recuerdan?.  Muchos ciudadanos están pasándolo mal porque un terrible paro les está dejando en la estacada. Punto.  Muchos otros le suman a eso unos enormes errores de cálculo anterior a la crisis que los tiene en precario y endeudados hasta lo insoportable.
La especificidad de la crisis en España no se entiende sin la voracidad de unos bancos que basaron sus ganancias en la burbuja inmobiliaria y la especulación, y tampoco se entiende sin la estupidez de unos gobiernos, PP primero y después PSOE,  que no quisieron cortar la hemorragia que suponía basar la economía del país en el ladrillo. Tenemos demasiados políticos en España y muchos son muy malos. La responsabilidad máximas es de ellos, pero tampoco hay que olvidar que muchos ciudadanos se sumaron al carro de los despropósitos sin pensárselo mucho,  pidiendo créditos donde entraba todo, entre otras  cosas pisos a precios galácticos. Ahora esos pisos, esas hipotecas astronómicas, que alguien firmó, están siendo una losa insoportable para muchas familias ante una, ya de por sí, salvaje crisis económica. Algunos de esos ciudadanos comienzan a culpar a la inmigración de sus males, el chivo expiatorio de siempre, incapaces de reconocer un miligramo de responsabilidad.

La educación social no debería de tener un discurso moralizante. Al contrario, se trata de saber cómo  puede contribuir en esta crisis cruel a mirar para delante. A salir del shock. Se trata de que la educación ayude a esas personas a redescubrir sus potencialidades y rentabilizar el único capital que todavía les queda:  tiempo.  

Hace unas semanas X me comentaba en una entrevista que si hubiera sabido lo que ahora sabe nunca se hubiera metido en una hipoteca de 1500 euros mensuales que le está dejando tieso. Pero  en ese momento, hace cinco años, ganaba 4000 y no podía imaginárselo. “Todos pensábamos que esto iba a durar para siempre”.
Transformar ese todos anestesiante en un proyecto personal que vuelva a ilusionar es una tarea donde la educación social tiene algo que decir.

PD: el punto tres se refiere a la recuperación del trabajo grupal, comunitario, por proyectos, aprovechando  el potencial de las redes sociales y las TIC. Pero el post se me ha hecho muy largo. Y se me está ocurriendo un punto cuatro sobre la necesaria alianza entre educación, cultura y 2.0. Pero tendrá que esperar. Sorry.
***

Volvemos con  Alaska 2099 en octubre, después de haber agotado las entradas en nuestra última actuación el la sala Almazen. Nos vemos allí.



Pintura: Edward Hopper



10 comentarios:

cosme dijo...

Muy bueno: “educador social. Un profesional pegado a su contexto”, como quien piensa en voz alta. Pensé que la pregunta ¿qué hace un educador social? exige una respuesta de época. El educador hace, o debería de hacer, lo que el contexto le pide a la educación que haga en cada momento. Imposible una narración de esta profesión sin tener en cuenta dónde y cuando trabaja uno.

lucce dijo...

Bueno, no (sólo) voy a dorarle la píldora, como habitualmente hago (y usted se merece) por este acertado (pa' variar) post...

Amén de conceptualizaciones sobre nuestra profesión relacionadas con el contexto actual (o de cada época) que definen o pueden marcar nuestras acciones profesionales, con las cuales coincido a grosso modo, me gustaría volver a poner el acento en cuanto a las responsabilidades que citas en el post.

Bancos, políticos y personas de a pie. Vale. Todos responsables. Lo curioso son las consecuencias derivadas de dichas responsabilidades. Las de las personas de a pie ya las has descrito: paro, miedo, preocupación, etc... De acuerdo.

¿Las de los políticos? Pues aunque muchos dirán que no las hay o ha habido, también: prácticamente en toda la UE ha habido cambios de gobierno derivados de la crisis o, mejor dicho, de la mala gestión de la crisis.

¿Las de los banqueros? Pues sinceramente, sólo se me ocurre un "siga buscando". ¿Qué consecuencias han tenido/sufrido estos "profesionales" derivadas de su mala praxis? Como mucho, que ahora mismo sean el centro de un montón de insultos y exabruptos pero, me temo, que eso se la trae al pairo.

Me gustaría añadir, por acabar, que, sin restar las responsabilidades que mencionabas a los ciudadanos de a pie (meterse en hipotecas, segundas viviendas, etc...), nunca ha habido una gran pedagogía económica hacia la ciudadanía y, es más, siempre se ha promocionado, vendido y ha habido una gran labor de marketing alrededor de productos financieros poniendo en bandeja de plata a los curritos la posibilidad de entramparse en marrones como los que ahora pagan.

Y sí, se debería pensar un poco, pero caemos en publicidad de detergentes y en publicidad de ofertas bancarias. Con esto quiero decir que, de nuevo, aquí, la responsabilidad es compartida: bancos y personas pero, insisto, las consecuencias derivadas sólo las pagan uno de los miembros de ese binomio.

Y me callo ya...

Salud y Força al Canut!

Antonio Alcántara dijo...

Bien interesante.
Quedo a la espera del punto 3. Del trabajo comunitario y cooperativo como linea de acción.
Un saludo
Antonio

Anónimo dijo...

Gracias Cosme , Luce y Antonio por los comentarios.

Luce, no tengo mucho que decir. Tienes razón. Es triste, pero es así, los poderosos suelen salirse de rositas, mucho más que los curritos. Eso es así y creo que seguirá siendo así.
Y estando de acuerdo en la "presión" social que comentas para consumir según que productos o meterse en según que hipotecas, y que debería de hacerse otro tipo de pedagogía que contrarreste eso, yo insistiria en la responsabilidad individual. Del currito también. Muchos trabajadores soportaron esa presiòn o tomaron mejores decisiones. Si estamos de acuerdo en que el ser humano no está determinado totalmente, ni biológica ni socialmente, tampoco lo está para estos casos.


Un abrazo!
Sera

Trabajarconjóvenes dijo...

Quedo a la espera activa del desarrollo del punto 3 y la creación del prometido, recalco, punto cuatro. No quito ni una coma y no añado nada. Nos hace falta reflexión, mucha, y como tú explicas, para salir adelante es necesario autocrítica, tanto de nuestro comportamiento y también de la profesión de educador en el más amplio sentido de la palabra.
Saludos.
Juan.

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario Juan. Un saludo!!

Sera

Nurrllo dijo...

Como siempre un buen artículo. Esperando el punto 3 y el 4. Imagino que TIC, Educación social y cultura 2.0 irá muy de la mano del hecho de compartir. Educadores sociales cada vez más necesarios pero... qué, cómo y a qué precio? educadores 2.0 en los contextos de las redes y en la calle? Debería ser un deber... y reinventarse? Tus artículos nos abren, siempre, caminos para reflexionar. Espero el siguiente con ganas. Gracias

Anónimo dijo...

Gracias a ti por tu comentario Núria. Por cierto, excelente tu blog. Un abrazo.

Sera

Alba dijo...

Gracias por tu exposición compañero , se abre camino para entender más aún lo importante que es el educador social, y sí por supuesto que sí siempre apegado a su contexto

Anónimo dijo...

Hola Alba, ya escribí hace un tiempo sobre eso, es un post que se llama Vidas paralelas, y precisamente es de los más leídos (lo encontrarás en la parte derecha del blog, en los post más leídos). Pero bueno, ya ha pasado tiempo y seguramente toca escribir alguna cosa nueva. Encantado de debatir. Y gracias por el comentario!
Sera