Alaska, 15 de abril de 2010,
Me gustan estos días en que ni lo urgente ni lo importante ordenan (en el amplio sentido de la palabra) mi tiempo. Días como este en los que salgo a dar una vuelta con el ánimo más contemplativo que inquisitorial.
Andar como si fuera domingo en vez de jueves. Saludar a X como si no supiera lo que X me explicó ayer. Detenerme en el escaparate de la librería, como un turista cualquiera. Pedir un café y mirar. Hablar con la gente como lo hacía Kapuscinski (¿cómo lo hacía Kapuscinski?) , cuando la noticia ya no es noticia, y la tele, la prensa y el educador se han ido. Comprobar como los ciudadanos, más ciudadanos que usuarios, miran escaparates y toman café, ajenos a nuestros genogramas y diagnósticos.
Luego,
Cuando vuelvo de la calle, reconfortado, un hombre le cuenta a Teresiña que X, una señora muy mayor, había vuelto a salir a la calle medio desnuda, y que él mismo le había visto “la puerta de la vida”.
La puerta de la vida.No hay nada como estar tranquilo para saborear los momentos impagables de esta profesión.
La puerta de la vida.No hay nada como estar tranquilo para saborear los momentos impagables de esta profesión.
Después,
Una buena noticia. Vuelve el gran periodista Enric González con un blog que hablará de Oriente Próximo. Escribe desde el convencimiento de que en el conflicto entre israelíes y palestinos todo el mundo tiene su opinión y ha identificado a su enemigo.
Es curioso, entre profesionales de lo social la frase de que “no hay blancos ni negros sino grises” ha hecho fortuna, pero es precisamente en el discurso de muchos de ellos donde más hecho en falta una buena gama de colores. Hace tiempo que decidieron que para Israel, EEUU, la SGAE, el PP, el capitalismo, la globalización, la iglesia, las farmaceúticas, la policía y muchísimas cosas más, sólo hay un color. Hacen que ser de izquierdas o progresista signifique, más que nunca, identificar sin matices al enemigo.
Mientras escribo esto me extraño de que yo, que suelo defender con vehemencia bastantes cosas, lo esté escribiendo. Porque yo sí que creo que hay blancos y negros, además de grises. Lo que pasa es que no siempre coinciden en las mismas personas ni en las mismas ideologías.
6 comentarios:
bravo Quique, es que somos pocos los que podemos cambiarnos de banda sin ruborizarnos según sea el tema y el contenido que se discuta, yo también estoy harta de que los culturetas odien al pp y de que las farmacéuticas sean malas malísimas y el Papa el peor pederasta del mundo, pero también de que se rompa España con cada gesto del psoe y de que los gays se estén cargando la familia, parece que no haya término medio... me encanta tu descripción de la calle como observador e integrante de la misma y nunca se me ocurrió lo de la puerta de la vida, me parece brillante...
qué buena noticia lo de Enric González, por fin... sabes el nombre del blog, o aún no empieza? me apetece mucho leer ese tema por alguien que puede ser de ambos bandos como él...
Hola Manuela,
he puesto en el post un link al blog de Enric. Se llama Fronteras movedizas y está en los blogs de El País
Tienes razón Quique, es el pensamiento único. O estás conmigo o contra mi.
Elena
Mi hija, a la puerta de la vida, le llama el rincón del amor. Bueno parece que a veces se puede coincidir con los "otros". No es malo siempre que podamos discernir detrás de las palabras los diferentes hechos.
Lástima que hayan agotado las entradas para el teatro. Seguro que estará genial.
Un saludo
Hola Dolo, la obra la prorrogan para el 7 de mayo. un saludo
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