INCONGRUENCIAS VARIAS

Foto: Sarolta Ban 

Alaska, 20 de abril de 2012,

- ¿Si cojo el trabajo, para un mes, luego ya no podré cobrar el PIRMI? Dice Antonio.

Como dice tío facebook, es complicado. Tal como funcionan ahora las cosas en Cataluña, es cierto que si te suspenden una ayuda, porque has empezado a trabajar aunque sea temporalmente, luego puedes tardar mucho en volver a cobrar esa misma ayuda que te garantiza una pequeña renta de forma regular.

- ¿Entonces tengo que drogarme para que me ayudéis? Dice Ana.

Bueno, no exactamente. Aunque. Pero no se drogue usted ahora mujer, a su edad.

- No sé si hacerle el informe. Está en paro pero no tiene un perfil “social”. 

Dice el profesional. Cuando social significa algún problema añadido al económico: absentismo escolar, malostratos, consumo de drogas, inadaptación.

La administración a veces alimenta este tipo de perversiones en las que el legislador parece que legisle al revés y en las que el profesional parece que se haya vuelto turuleta. Algunas veces hay una lógica económica detrás, de puro recorte del gasto, pero otras son simples incongruencias sin mucha lógica. Es solo que el mundo va más deprisa que las leyes, las teorías y las normas.

El tema del llamado perfil “social” es paradigmático. En época de bonanza económica, aquella en la que parecía que había trabajo para todos, nació la renta mínima (RMI), el famoso pirmi. Con una lógica bienintencionada, la renta pretendía atender a aquellas personas expulsadas del mercado de trabajo, sin derecho a un subsidio de paro, que obedecían a un perfil asociado a problemas sociales (consumo de drogas, enfermedades mentales, malostratos, etc). Un perfil "social". Esta renta acogía a familias que la jerga profesional y mediática llamó luego “familias desestructuradas”. Trending topic en el sector durante un tiempo.

Pero en el contexto actual, con más de cinco millones de parados, el apellido “social” ya no está tan claro. Igual que en Justicia, donde las leyes van quedando obsoletas ante el avance de la realidad, en servicios sociales los contextos van más rápidos que los discursos profesionales.

¿Qué significa, ahora mismo, para los servicios sociales tener un perfil “social” o no tenerlo? Según el legislador, una persona que ha agotado el paro y el subsidio, que está a cero patatero, pero que no tiene añadido otro tipo de problemas, una familia sin conservantes ni colorantes, podría quedarse sin una ayuda económica, sin una renta que le ayude a subsistir y, quizás, sin una alternativa. Por no ser suficientemente social. Pero señores, y ahora no hablo de oídas, vivo cada día la desesperación de familias que antes nadaban en la abundancia y en la normalidad y que se van deteriorando poco a poco. Porque la pobreza extrema trae, más tarde o más temprano, desesperación, enfermedad, broncas, depresión. Quizás algunas de esas familias cometieron errores de cálculo en el pasado, no lo sé, pero no creo que por eso se les pueda castigar doblemente. No es que sean familias con perfil social o no lo sean, es que social(es) somos todos.

Se legisla sin tener en cuenta a los técnicos. Esos técnicos recibimos malhumorados el encargo, pero no tardamos en adaptarnos y en aplicar las leyes. Lo hacemos tan bien que hasta nos atrevemos a dar un corpus teórico justificativo a cualquier aberración. Échenle un vistazo a algunos manuales de servicios sociales. Están llenos de eufemismos. Muchas de esas teorías se siguen manteniendo, aunque ya no sirvan para explicar la sociedad en la que se mueven.

Esta profesión ha tenido siempre la pretensión de cambiar el mundo. Agentes de cambio se decía en sus tiempos. A veces solo de boquilla. Se entiende. La administración es tan grande y nosotros tan pequeños. Cuesta tan poco verlas pasar. La maquinaria es tan poderosa y tus fuerzas tan exiguas. 

Pero si en alguna época se hace más necesario implicarse es en esta. Hay un ámbito de actuación inexcusable para el educador social del siglo XXI y es el político. La intervención del educador y el trabajador social tiene que ir un poco más allá del trabajo socioeducativo con personas. Tiene que apuntar, tiene que aspirar a cambiar la política social. Desde el ayuntamiento más pequeño a la administración más poderosa.  

Somos en muchos casos el altavoz de las personas más vulnerables de la sociedad. Esa es nuestra debilidad y nuestro poder. 

Sí, ya sé, es complicado.

PD: Feliz fin de semana. Nos vemos el lunes aquí. 

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LEAR

Hoy se estrena LEAR, de Teatro Frágil, con la participación de Factoría Los Sánchez. (Teatro Frágil también actuarán  en  Barcelona. Tengo muchas ganas de ver a esta banda dirigida por mi hermano).