Alaska, 19 de octubre de 2012,
Según El País del 14 de octubre, los servicios sociales ya atienden a ocho millones de personas. Ha aumentado la demanda, a la vez que se reducen los recursos y se colapsan los servicios. Muchos ciudadanos están recurriendo a las instituciones del llamado tercer sector (comedores sociales, Cáritas, etc.) para cubrir sus necesidades básicas. Pero el tercer sector también está desbordado.
Estas son algunas ideas y
reflexiones, diez para ser exactos, sobre lo que hecho en falta en unos servicios sociales del siglo XXI
1. Saber y querer
narrar lo que está pasando.
Estamos ante una de las
crisis económicas más graves y largas de la democracia. Eso está
haciendo que la calidad de vida de muchísimos ciudadanos esté bajando en picado. Muchos de ellos tienen grandes dificultades para
cubrir sus necesidades básicas. Era y es el momento en que los
servicios sociales, que atienden a las personas con más
dificultades, expliquen con pelos, señales y datos en qué situación
se encuentran esas personas, qué necesidades tienen y qué habría
que hacer para cubrirlas. Asombrosamente los servicios sociales han
optado por el silencio. Han renunciado a relatar la crisis. No me refiero a una explicación interna, entre colegas y departamentos, sino al relato que hacemos a la sociedad.
Entre el tramposo reportaje fotográfico del New York Times (otro día les explicaré porqué creo que lo es) que explica una España totalmente negra, y la lectura
de un gobierno (central y autonómico) que parecen mirar para otro
lado ignorando el sufrimiento de tanta gente, hay un vacío
informativo que solo llenan puntualmente las instituciones del
tercer sector. Falta la información, por parte de quien debería
tener los datos, de cual es el estado real de la cuestión. Es una
lástima para los servicios sociales que estén desaprovechando una
ocasión así. Es como si en un incendio de grandes proporciones,
los peritos o los bomberos no tuvieran nada que decir.
Creo que para que se dé
esta circunstancia hacen falta dos supuestos: uno es mejorar el
sistema de recogida de datos de los servicios sociales. El otro es
que haya algún acuerdo político para que los servicios sociales
puedan tener cierta independencia de quién gobierne para explicar
objetivamente y con transparencia esos datos (muchas organizaciones
del tercer sector también carecen de una total libertad, al estar
sujetas a subvenciones públicas. Se agradece por el mismo motivo la
valentía de muchas de ellas cuando han hablado sin tapujos).
2. Incorporar una labor
de denuncia técnica.
Esta asignatura
pendiente es prima hermana de la primera. Los servicios sociales
tendrían que añadir a sus ya obligaciones de atención a la gente
más desfavorecida, una labor de denuncia de las situaciones de
precariedad más inaceptables que estén viviendo los ciudadanos
para que los gobiernos actúen en consecuencia. Una labor de
denuncia desde dentro del gobierno. No me refiero a la denuncia
política e ideológica que puede y debe ejercer la oposición.
Hablo de una denuncia desde parámetros exclusivamente técnicos. Los servicios sociales pueden ser objetivos, pero no asépticos.
3. Apostar por la
innovación.
No solo ahora con la
crisis, pero sobre todo ahora, hacen falta propuestas innovadoras que
den respuesta a las necesidades de los ciudadanos. Pero esto solo
puede hacerse, no solo ahora con la falta de recursos, pero sobre
todo ahora, si se pone en el centro de la innovación a los equipos
humanos que protagonizan los servicios sociales. Resulta irritante
como año tras año, y salvo honrosas excepciones, cargos ejecutivos, pretendidos expertos y popes de los
servicios sociales diseñan planes, proponen proyectos y difunden
misiones de sus instituciones sin tener en cuenta a los
profesionales que los van a llevar a cabo y que conocen de primera
mano la realidad. Resulta decepcionante saber que una ingente cantidad de
excelentes trabajadores y educadores sociales, psicólogos,
trabajadores familiares, etc. se pierden en la gestión del día a
día sin que nadie les haya preguntado nunca, ni tan siquiera, su
opinión.
Otra forma de innovar
sería que la Universidad y los servicios sociales colaboraran más
activamente . Al modo americano. (aunque, bien pensado, esta sería otra asignatura
pendiente. Se me acumula la feina)
4. Mejorar la
comunicación entre profesionales y servicios.
Internet, TIC, redes
sociales. No hay ya ninguna excusa, ni técnica ni tecnológica, para que
los profesionales no se estén comunicando febrilmente acerca de
cómo hacen para sobrevivir en tiempos difíciles. Ninguna razón
para que no estén, hambrientos, compartiendo proyectos, ideas,
reflexiones. Algunos ya lo hacen, pero en sus ratos libres, al
margen de las instituciones. Oficialmente los servicios sociales han
renunciado a comunicar y comunicarse. Hace unos meses, en razón de
un artículo que estaba escribiendo sobre los servicios sociales,
alguien me dijo que podríamos buscar cómo se estaba trabajando en
otros países de Europa. ¿Europa? ¡Pero si un educador de Sabadell
no sabe lo que hace uno de Girona!. ¡Y ya no digamos lo que hace uno
de Pontevedra!. Un drama (aunque, bien pensado, quizás tengamos que empezar a comunicarnos al margen de las instituciones Los técnicos no tenemos tampoco ninguna excusa, ya, para no saber lo que hace el Otro).
5. Incorporar las voces
de los ciudadanos
Hace mucho tiempo que
oigo intentos de incorporar a la evaluación (otra asignatura
pendiente, uf!) de los servicios las voces de los ciudadanos. Sus
opiniones acerca de lo que no funciona, lo que sí, o lo que podría
funcionar mejor. Su voz y, porqué no, su ayuda. Una participación activa que vaya más allá de la legítima queja sobre algo que no ha funcionado bien. Tampoco técnica ni
tecnológicamente sería complicado. Es una cuestión de voluntad.
Se conseguirían unos servicios sociales más democráticos, más
participativos, más excelentes.
Voy a tomarme un café,
para atemperar el post. A veces, mientras lo hago (el post, no el café), tengo la
sensación de estar escribiendo un relato de ciencia ficción.
9 comentarios:
El silencio de los Servicios Sociales. Como decia Jose Ramon Ubieto, el dilema al que nos enfrentamos es: Escuchar el sufrimiento o evaluarlo en silencio. Cosme
http://interabide.wordpress.com/2012/10/01/construccion-o-pasion-por-la-ignorancia-2/
Estaba esperando con impaciencia una entrada así, Sera, se agradece. Hace meses que tengo el mismo discurso, con la misma preocupación en mi trabajo como técnica en servicios sociales, mirando perpleja como vamos cerrando servicios, no hay pasta, machacando proyectos, tampoco hay pasta….negando recursos, tampoco hay pasta…con mis alumnos de la facultad, lo mismo, xavales, hay que ser críticos, tenemos que opinar, escribir, si no somos nosotros nadie lo hará!!!... no entiendo por qué ese silencio “profesionaladministrativo” en el que nos hemos sumido…que creo que es un atentado a la propia ética de nuestra profesión, que nos insta a defender los derechos Humanos y la dignidad y luchar por la Justicia Social…y nos callamos, y nos quejamos –en silencio-, y nos abatimos, y nos arrastramos bajo el tsunami, o mejor dicho, buceamos, y nos abducimos en un la hibernación inconsciente, esperando no sé qué pero algo, como si de la nada tuviese que aparecer algún día una solución. Estoy de acuerdo en que parece ciencia ficción….En fin. Ahí creo que los colegios profesionales deben meter mano. Si individualmente no ponemos sobre la mesa los sufrimientos de ese 29% de pobres, y la tortura social que existe, debemos hacerlo como colectivo! desde los grupos de profesionales, uniendo palabras, tejiendo discurso y crítica social. Por mi parte, en eso estoy, a ver qué pasa…también creo necesitar ese café de templanza,jaja
Se dice por mis tierras que empiezan a bajar las demandas en servicios sociales, como puede ser??? Pues sí. La gente que sufre también se deja arrastrar por el tsunami, se callan, nada que hacer,no hay recursos,para eso ya no me molesto en ir a servicios sociales…y hiberno,también…observaremos y cuantificaremos ese silencio a ver cuánto dura sin que esto arda…pero sin callarnos,no?
Los servicios sociales han derrochado muchos recursos cuando no había crisis y ahora que realmente se necesitan la administración recorta por todos lados. A este paso como no se pongan las medidas necesarias y se cambie el concepto de gasto público por el de inversión pública esta sociedad se volverá del todo dual en la que nada mas habrá ricos o pobres no habrá termino medio. La población menos favorecida si no es apoyada y se le dan las ayudas necesarias y los mecanismos de inserción necesarios no le quedará mas remedio que delinquir. Porque a nadie con hijos a cargo le gusta ver como sus hijos se van a la cama sin cenar porque no hay dinero para comprar comida. Los ricos y las esferas que tienen el poder para cambiar esta realidad verán en sus carnes las consecuencias cuando la seguridad del mundo que conocen se desvanezca y todo por la ambición y la poca conciencia social de estos. Hay que exigir que los poderes del país cumplan con las responsabilidades que tienen con el pueblo porque es para este para el que trabajan y no a la inversa. Los trabajadores sociales deben ejercer su labor de forma eficaz y ser la voz del más débil. Porque si todos callamos, si no hacemos cada uno todo lo que esta en nuestra mano estamos sentenciados a vivir en una sociedad en la que si no eres rico es como que no tienes derecho a la dignidad.
Por último decir que el que no vive para servir no sirve para vivir. El hombre es un ser social y por tanto debemos procurar hacer una sociedad en la que todos tengamos nuestro propio lugar.
Cosme: Gracias por el link.
Alba: Gracias por tu comentario.
Anónimo: en todo de acuerdo, menos en el principio de tú comentario (a no ser que se pueda demostrar): ¿Los servicios sociales han derrochado muchos recursos antes de la crisis?: ¿Cuando? ¿Dónde? ¿Cómo? . Sinceramente, creo que es uno de esos argumentos que nunca se demuestran, pero que sirven para justificar los recortes actuales.
Sera
Ha havido casos en los que se ha estado cobrando pirmi y trabajando en negro pero de acuerdo contigo en que es un argumento muy utilizado para acusar y asi recortar. Despues de reflexionar me retracto de esta parte de mi comentario. De todos modos es necesario revisar el sistema y si se recorta deveria de recortarse por arriba no por abajo porque siempre pagamos los mismos.
Como estudiante de Trabajo social, creo que en los servicios sociales uno de los grandes pilares es que se ha tirado de recursos que han facilitado la intervención, ahora, nos damos cuenta de la parte más difícil de la profesión, ayudar sin el apoyo de la administración.
Creo que la gente esta sumisa a un silencio que se acepta como un pozo sin salida, donde se respira un pesimismo y falta de entusiasmo. Hablar, quejarse y exponer los problemas de esta realidad social, parece no servir de nada en un país donde la democracia no representa al pueblo. Pero si ni siquiera nos quejamos vamos a dejarnos consumir lentamente. Es como estar en un pozo sin gritar socorro. Iniciativas no faltan, el problema es la falta de atención por parte de los peces grandes, que hacen oídos sordos a los que tan solo son un pez más en un gran océano de problemas.
No nos dejemos perder, ahora tenemos que promocionar nuestra parte más ética y crítica. Unidos, trabajar en cooperación con profesionales del sector de los servicios sociales y actuar como portavoces por aquellos que no pueden o no saben como ir hacia delante, exponiendo la realidad social frustrante, que estamos viviendo, luchando por el bien común.
Quejarnos y exponer a la luz los problemas, es tan solo un comienzo.
Hola Mariona, gracias por tu comentario.
Pues sí tendremos que quejarnos y denunciar, aunque yo añadiría (no es incompatible) : proponer, innovar, debatir, etc.
No es que no se esté haciendo, desde los colegios profesionales a mucha gente de la profesión. Y a veces se consiguen cosas, aunque sean pequeñas.
Un saludo!
Desde los Servicios Sociales se sufre en silencio porque somos un departamento mas de la administración con toda la escala de jefes y jefecillos y si se recorta en todo, injustamente se recorta en los servicios que deberian aumentar su presupuesto para dar respuesta a tanta gente que no tiene nada. Y lo que es mas grave, se dice en prensa que no se va a recortar y despues vemos como las partidas estan mermadas, y claro somos un pececillo ante tanto tiburón y encima no digas mucho, ni prtestes mucho porque te pueden despedir, asi esta el patio.
Estoy de acuerdo que es desde los colegios Profesionales desde donde podemos denunciar, eso si, si somos capaces de participar activamente.
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