

José y Lucia tienen una hija mayor que ya no vive en casa. A Tania la adoptaron hace diez años. La historia de la familia biológica de Tania me asusta hasta a mí que no me asusto fácilmente.
Mira el expediente de este caso, querido lector, lo tengo sobre la mesa. Diez años de psicólogos, psiquiatras, educadores, médicos, trabajadores sociales, profesores. Diez años de sufrimiento ininterrumpido. Ni un diagnóstico concluyente para una familia, por lo demás, colaboradora con los servicios. Un caramelo, vaya.
En los últimos informes de los equipos de infancia se leen recomendaciones que resultan patéticas. Leete esto: "Los padres deben trabajen los límites" "...que tengan paciencia..." "...seguir las indicaciones del psicólogo...". Correctísimos, sin duda, si no fuera porque se repiten durante diez largos años. Más de lo mismo. Reconocerás que diez años de profesionales y un cuchillo en la garganta es un exiguo botín.
Pero vayamos al grano. En este oficio lo importante son las preguntas: Pregúntales que esperan de ti.
-¿Que esperan ustedes de mí? (¿acaso soy su última esperanza blanca? ¿cumplen el expediente? ¿es la costumbre? ¿porqué han venido? ¿han tocado fondo justo ahora?)
En todo caso, son ellos los que han venido y eso me servirá para ayudarles pero también para ser exigente con ellos. Ya veremos, de momento hoy necesitan mimitos y yo se los doy encantado.
Sí, sí, ya sé, yo no tengo recetas, ni varitas mágicas, y bla,bla,bla. Eso ya estoy cansado de decirlo. Pero no quiero ofrecer a esta familia más de lo mismo. No quiero descartar nada y nada quiere decir nada. Quizás lo mejor para Tania sea descansar en un centro y que la cuiden y la mimen. O quizás no, no adelantemos acontecimientos. Aquí hay trabajo por un tubo, y me veo coordinándome con todo quisqui, pero no puedo permitirme trabajar como si partiera de cero, con objetivos a largo plazo, o mejor dicho, alargando la cosa hasta que Tania cumpla los dieciocho y nos deje en paz a todos.
¿Puedo aportar algo diferente a esta familia hiperatendida? ¿O me declaro incompetente para trabajar con ellos?.
El martes veo a Tania. A la tirana de Tania, que atemoriza y sufre a partes iguales.
Vuelvo a hincar los codos en el expediente. Lo leo y lo releo. Una pregunta me obsesiona: ¿Porque no te has escapado nunca de casa, niña?
Nada, ni un intento, ni una pequeña fuga, esta fiera que tiene arrestos para plantarle cara a todo adulto que respire. Adolescentes menos quemadas que ella lo hacen a diario, aunque luego vuelvan arrepentidas de casa de la amiga, o del novio, o hambrientas o las traiga la policía. O no vuelvan.
Pero Tania nunca. Al contrario, a veces atranca con una silla la habitación y no sale en dos días.
¿Porqué no se escapa? ¿Que encuentra aun en este infierno que ella ha ayudado a crear?Tranquilo, no voy a darle ideas. No sé porqué no se ha escapado nunca, pero me pienso agarrar a sus respuestas como a una tabla en medio del océano.
*( Para garantizar la confidencialidad, los nombres y algunos datos han sido cambiados por el autor )
Pintura de Siro López.