jueves, 4 de noviembre de 2010

MALDITO PARNÉ

Mis hermanos y yo no fuimos al cole hasta los cinco años. Es lo que se hacía en los 70, cuando la mayoría de madres trabajaban en casa y no hacían falta las guarderías, ni los P-3. Más tarde, con la progresiva modernización de España y la consecuente incorporación de la mujer al mercado laboral , se hicieron necesarias las guarderías y los P-3. Como casi todos los cambios sociales, este nació por  necesidad. Pero lo más curioso es cómo ejércitos de pedagogos y educadores dieron la buenanueva a la medida y convirtieron la necesidad en virtud y la virtud en necesidad. Nada que objetar por mi parte. Seguro que la incorporación temprana del niño a la guardería o a la escuela tiene sus ventajas educativas. Pero es interesante comprobar como los modelos teóricos y las justificaciones pedagógicas se adaptan a los tiempos  y a las necesidades y  van borrando las huellas del verdadero origen de una práctica. Lo borran tanto que a veces consiguen invertir el orden de necesidades: hoy unos padres que decidieran no llevar al cole a su hijo de 3 años serian unos bichos raros a ojos de la comunidad educativa.
Ahora estamos en otro momento lleno de necesidades. Una crisis económica global está afectando al país y obliga al Estado a un recorte sin precedentes del gasto público. De la pésima gestión (y prevención) que ha hecho el Estado español y  autonómico de una crisis que es global, y de por donde la administración decide recortar o no,  hay mucho que decir, pero no es ahora de lo que quiero hablar. La cuestión es que desde los ministerios hasta los ayuntamientos sólo se oye una voz: no hay dinero.
A eso iba. El recorte en los presupuestos obligará a hacer malabarismos a los ayuntamientos, consejos comarcales, diputaciones, etc. No hay dinero, y el poco que hay no sirve para pagar todo lo que se pagaba hasta ahora.
No hay dinero. Habrá recortes. Vale. Pero que se diga sin tapujos: no hay dinero y  no se va  a poder pagar todo. Parece fácil, pero, ojo, porque igual que con las guarderías, no faltarán las justificaciones de algunos expertos (siempre hay algún experto dispuesto a justificar cualquier cosa) que intentarán hacernos creer que todo lo que pasa, en el fondo, es lo mejor que nos podía pasar.  
Hace poco estuve en una conferencia sobre las nuevas propuestas de familias de acogida profesionales, una iniciativa que parece que funciona bien en algunos países europeos. Una de las ponentes, representante de la administración, cargó contra los centros residenciales. Casi con la misma contundencia con la que su administración los defendía antes de la crisis. Cargada de razones pedagógicas se olvidó de apuntar una razón que todos los que estábamos allí sabíamos: la propuesta de profesionalizar las familias de acogida es hija de la crisis, no sólo de la pedagogía: un centro residencial sale mucho más caro que una familia. Es cierto que eso no convierte automáticamente en mala esta propuesta. Al contrario, una medida que puede mejorar la vida de los menores y que además ahorre dinero a la administración, siempre será una buena noticia. Pero ni los centros residenciales son perfectos ni son el desastre que aquella ponente explicaba. Criticarlos ahora de esa forma, cuando no lo habían hecho en época de bonanza, y sin mencionar el ahorro económico que significa el cierre de un centro para la administración, era jugar con trampas.  
Utilizar la crisis para hacer recortes en gasto social, pero sin nombrarla, es uno de los ejercicios retóricos más deslumbrantes que uno pueda ver.  No lo hace todo el mundo, es verdad. Pero hay que reconocer en los que lo hacen una gran capacidad en la utilización del eufemismo. Para ellos si el ciudadano tiene que pagar algunos servicios que hasta ahora recibía gratis, o se le recortan otros, no es porque no haya dinero, es porqué el ciudadano era un aprovechado, o es por trabajar su responsabilidad, o porque hay mucho fraude entre los usuarios que utilizan los servicios, o porqué nos gastamos mucho dinero en los inmigrantes, o porque hay demasiados funcionarios o por vete a saber qué nueva teoría del bienestar social.
Repito, no hablo de estar a favor o en contra de una medida. Algunas estarán más justificadas que otras. Es una cuestión de transparencia. Si ahora toca apretarse el cinturón nos lo apretaremos, con más o menos discusión,  pero  que no se aproveche la crisis para decirnos que todo lo que se recorta es porque ya sobraba antes en vez de ser honesto y decir que es  que ya no hay dinero para pagarlo.
Quizás el Estado no tiene más remedio que tomar medidas económicas muy duras. Pero, a la hora de explicárnoslas, algunos harían bien en guardarse su vaselina.
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ALASKA EN GRANOLLERS
12, 13 y 14 de noviembre, en el Teatre de Ponent.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estic absolutament i contundentment d'acord. L'administració té tant coll avall que és ineficaç que les propostes de solució a una situació de crisi i de manca de diners no se la creuen suficientment com a tal i esperen que tots plegats combreguem amb rodes de molí. La proposta de famílies acollidores professionals és una excel.lent proposta per molts infants que no tindrien l'oportunitat de viure en família, no carreguem contra els CRAE que la seva tasca ha estat d'ajuda i recolzament al procés evolutiu de l'infant, aplaudim la iniciativa que fa temps s'hauria d'haver fet, però tinguem present perquè ara es fa i no abans, ara bé, lamento comunicar-vos que tot i que la iniciativa és bona, l'administració ja vol estalviar-se més diners del que inicialment preveia i em sembla que això ja perverteix del tot el projecte i n'hi haurà poques,ja que la dotació econòmica a Catalunya és pobra.
Gràcies

Jonàs :D dijo...

Es tan sencillo como reconocer q toda idea y propuesta nuestra esta caducada antes de salir de la sombra de nuestro craneo. Y esto no es una facil opinion: hay sistemas educativos q estan funcionando en muchas lugares hace mucho mucho tiempo q constatan q no es q no sepamos, sino q no sabemos a donde mirar pa tomar ejemplo.

La politica se apoya mas de lo debido en su ciencia mas prolifica: la demagogia. Mezclar politica y educacion es algo mas peliagudo de lo q da mi conocimiento y seguram mi reflexion. De momento me quedo alli hasta donde me lleva tu exposicion: validar una idea o propuesta negando y juzgando la q nos ha traido hasta aqui no es solo de atrevida ignorancia, sino puro desagradecimiento.

Anónimo dijo...

Excelente post.

J.

Rosa Chover dijo...

excelente, Sera, tienes más razón que un santo, yo también leí esa propuesta de la profesionalización de las familias y me pareció acertada siempre que den con las familias adecuadas, de lo cual tengo mis dudas porque en el posgrado que hice en estos temas hace sólo tres años justamente lo que decían todos los profesionales dedicados a esto es que es muy difícil encontrar familias que se quieran dedicar a ello, cierto es que sólo les pagaban como 300 euros al mes, pero es que hay que ser muy profesional para hacerse cargo de un niño como si fuera tu hijo por un tiempo y luego dejarlo marchar, porque de eso se trata, no es adopción ni pre-adopción, es acogida pura y dura, bueno pues eso que tienes razón en que por ningún sitio se dice que hay que recortar en centros porque no hay parné, como tú dices, pero es que sonaría bien feo, a ti te parecería más sano mentalmente nombrar a las cosas por su nombre, pero estás seguro de que el ciudadano no prefiere que se lo edulcoren un poquito??? yo ya te digo, como en todo, tengo mis dudas...

Sílvia dijo...

muy buen post.
Y yo aún diría más, igual les sale el tiro por la culata porque quizás hay niños que siguen en sus casas porque no había plazas, que sino los hubieran retirado. Y si los acogimientos dejan plazas libres... no sé... Quizás acaban pagando a familias y a centros...

Quique dijo...

-Anonimo/a totalment d'acord en el que comentes.
-Jonás estoy de acuerdo. También hay un punto de desagradecimiento.
-Manuela tienes razón, pero a veces las formas que encuentrasn para edulcorarlo suentan tan mal...
-Silvia, tienes razón.

TeaTraleando dijo...

Me ha parecido una reflexión muy acertada, Sera.
Como trabajador en centros de protección, puedo tener mi opinión sobre esta u otra solución. Pero ese no es el tema. La cuestión es, como planteas, esa fina manipulación que se realiza desde ciertos organismos, creando y cambiando opiniones según que el viento les sea favorable o no, según necesiten justificarse o no, según su mera conveniencia. Y eso, en toda área es jodido. Pero en lo social... Gracias por estos post tan interesantes. Te sigo con atención!